Los dos militares fallecidos el domingo en un atentado en Afganistán, el sargento Manuel Argudin y la soldado Niyireth Pineda, han sido despedidos este martes en un emotivo acto en el que el Príncipe de Asturias les ha impuesto la máxima distinción militar para fallecidos en acciones violentas.
Don Felipe, con uniforme de teniente coronel del Ejército de Tierra, ha depositado sobre los féretros cubiertos con la bandera de España la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo, un acto que tuvo lugar en el acuartelamiento Canarias 50 y en el que también estuvo presente la ministra de Defensa, Carme Chacón, y la cúpula militar.
Los dos fallecidos pertenecían al Regimiento de Infantería Soria 9, con sede en Fuerteventura, el más antiguo de Europa y que el pasado mes de mayo cumplió 502 años defendiendo los intereses de España.
Los momentos más emotivos de la ceremonia se han producido cuando los familiares de los fallecidos no han podido contener la emoción, mientras sonaban los acordes de "La muerte no es el final", y cuando Don Felipe les ha hecho entrega de la condecoración concedida a título póstumo y la bandera española que cubría el féretro.
Los llantos de algunos de los familiares contrastaban con la aparente serenidad del hijo de nueve años de la soldado fallecida, que tuvo además la templanza de recibir la cruz y la bandera que se entrega a los familiares.
La soldado fallecida, que era maestra de escuela en su Colombia natal, hacía siete años que emigró a España con la intención de mejorar las oportunidades para su hijo, ya que pensaba que era su deber como madre soltera y cabeza de familia, explicó hace unos días desde Colombia una de sus hermanas.
Durante la homilía, el arzobispo castrense Juan del Río destacó que los fallecidos murieron cuando defendía un mundo basado en el respeto y el derecho, pero se encontraron "con quienes han hecho del pánico y el terror su forma de vida".
Resaltó además el compromiso de España en la defensa de la democracia más allá de sus fronteras.
El acto ha contado con la presencia de la cúpula militar, encabezada por el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general José Julio Rodríguez, y otras autoridades civiles y militares de Canarias, entre ellas el presidente de Canarias, Paulino Rivero.
El sargento Manuel Argudin, de 34 años y nacido en Gijón, y la soldado Niyireth Pineda, colombiana de 31 años, fallecieron al estallar el vehículo blindado Lince en el que viajaban, a consecuencia de un artefacto explosivo improvisado (IED), en un atentado ocurrido el pasado domingo que también dejó a otros tres militares heridos.
Al funeral asistieron la esposa y la suegra del sargento y el hijo, la hermana y el cuñado de la soldado, visiblemente conmovidos por la pérdida de sus familiares.
Está previsto que Manuel Argudin sea enterrado en Palencia, donde viven sus padres, mientras que la soldado Niyireth Pineda será trasladada a Colombia.
Entre las autoridades presentes en el funeral se encontraban la delegada del Gobierno en Canarias, Dominica Fernández; el jefe del Mando de Canarias, José Ignacio Medina; el jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Fulgencio Coll; el portavoz del PP en el Senado, Pío García Escudero; la portavoz del PP de Defensa en el Congreso, Beatriz Rodríguez Salmones; el secretario general del PSOE de Canarias, José Miguel Pérez, y representantes de otros partidos políticos, entre otros.
Este es el segundo atentado en ocho días contra integrantes del Regimiento de Infantería Soria 9, ya que el pasado día 18 otro artefacto, compuesto por 20 kilos de explosivo, explotó al paso de otro blindado "Lince" e hirió a cuatro militares y un intérprete.
En ese atentado los dos heridos más graves fueron el teniente Agustín Gras Baeza, perteneciente al Soria 9, y la soldado Jenifer García López, del Regimiento de Infantería Ligera 47, de Palma de Mallorca, que sufrieron la amputación de una pierna.