El presidente de Turquía, Abdulá Gül, ha afirmado este viernes que la lucha de las fuerzas de seguridad del país contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) "no se ciñe a un área, sino que abarca todo el país", según ha informado el diario turco 'Hurriyet'.
"Vamos a continuar nuestra lucha contra esta gente --en referencia al PKK-- que comete los actos más despreciables de terrorismo, incluso durante (el mes sagrado de) Ramadán, contra civiles y personal militar", ha manifestado el mandatario turco.
En este sentido, Gül ha apuntado que es importante que la población turca e internacional vean "lo que significa la humanidad para ellos (el PKK)". "Ya se ha visto. Tenemos superioridad en este sentido. Esta lucha continuará con determinación y perseverancia. Quiero que todo el mundo lo sepa", ha apostillado el presidente de Turquía.
Estas afirmaciones se han producido apenas dos días después de que un soldado del Ejército turco muriera y otras once personas resultaran heridas como consecuencia de un ataque de supuestos milicianos turcos contra un vehículo militar en la provincia de Izmir, en el oeste de Turquía.
La emboscada se produjo en torno a las ocho de la mañana cerca de la localidad de Foca. Los asaltantes, aparentemente miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), detonaron explosivos en una carretera por la que circulaba el autobús y, posteriormente, dispararon contra el vehículo.
Históricamente, los ataques del PKK contra las fuerzas de seguridad turcas se han centrado en el sureste del país, que forma parte del territorio histórico del Kurdistán, que se extiende entre Turquía, Siria, Irak e Irán, así como una pequeña área de Armenia.
Al menos 115 militantes del PKK han fallecido en la provincia de Hakkari (sureste) desde el inicio de la ofensiva militar contra el grupo separatista el 23 de julio. Hakkari es una de las que más han sufrido los enfrentamientos entre el Ejército y la guerrilla del PKK. Desde que el grupo se alzó en armas en 1984 para reivindicar la independencia del sureste turco de mayoría kurda han perdido la vida por la violencia más de 40.000 personas.