Decenas de personas murieron el domingo en un concurrido bar de la ciudad de Mubi -en el noreste de Nigeria- al estallar una bomba mientras los clientes seguían por televisión un partido de fútbol, informa hoy la prensa nigeriana, que apunta a la secta islamista Boko Haram como responsable del atentado.
El bar estaba cerca de una base militar de la localidad, situada en el estado de Adamawa, que junto a los vecinos Borno y Yobe viven golpeados por la actividad terrorista del grupo.
El ataque se produjo a las 19.00 hora local (18.00 GMT), poco antes de que se activara el toque de queda decretado desde hace meses en la región por las autoridades para luchar contra las acciones de los integristas.
Algunos vecinos de la zona aseguran haber visto al menos unos 60 cadáveres, informa la versión digital del diario local "Punch".
El ataque no ha sido reivindicado hasta el momento, aunque, por la zona en la que se ha producido y las características, parece ser obra de Boko Haram.
Según las primeras informaciones, y pese a encontrarse el bar en un área con gran presencia militar, todas las víctimas mortales de la bomba serían civiles.
La Policía ha informado de la detención de dos presuntos autores materiales del atentado, uno de los cuales ha fallecido en el hospital poco después de su arresto, debido a heridas provocadas por la explosión, informa "Punch".
Esta nueva acción de Boko Haram se produce después de que militantes armados de la secta asesinaran el domingo a tiros a varias personas en tres pueblos del estado de Borno, donde el grupo tiene su base espiritual y de operaciones.
También el domingo, el Ministerio de Defensa de Camerún anunció que sus tropas han liquidado a más de 40 miembros de Boko Haram en una operación llevada a cabo a lo largo de la frontera entre los dos países.
La operación militar fue revelada poco después de que Boko Haram entregara a las autoridades camerunesas a los tres religiosos extranjeros -dos italianos y un canadiense- que la secta tenía secuestrados desde abril.
El Gobierno camerunés no ha hecho público hasta el momento si ha pagado algún rescate por la libertad de los rehenes, que fueron secuestrados al norte de Camerún, cerca de la frontera con Nigeria.
Las acciones de los radicales han despertado recientemente indignación en todo el mundo, tras secuestrar el pasado 14 de abril a más de 200 niñas de una escuela de Borno.
Las menores siguen retenidas pese a la presión internacional por su liberación.
El grupo ha asesinado en las últimas semanas a alrededor de 300 personas en el noroeste de Nigeria.
Boko Haram, que significa en lenguas locales "la educación no islámica es pecado", lucha por imponer un Estado islámico en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.
Desde que la Policía acabó en 2009 con el entonces líder y fundador de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha causado más de 4.000 muertos.