Las fuerzas estadounidenses atacaron de nuevo las posiciones del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en el norte de Irak con tres bombardeos entre ayer y hoy en las proximidades de la presa de Mosul, informó hoy el Mando Central del Pentágono.
Según el comunicado, los ataques destruyeron dos vehículos armados y un puesto de observación pertenecientes al EI con aviones de combate.
Con estos ataques son ya 127 los bombardeos que ha efectuado EE.UU. en Irak desde que comenzó la operación en ese país para frenar el avance del grupo yihadista.
Washington ha continuado con los ataques pese al reciente asesinato a manos del EI del periodista estadounidense Steven Sotloff, decapitado en una grabación difundida esta semana por los terroristas, que afirmaron que el hecho era consecuencia de la ofensiva estadounidense contra sus posiciones.
Los extremistas amenazaron con acabar con la vida de Sotloff hace apenas dos semanas, cuando publicaron la decapitación del también periodista estadounidense James Foley, mientras que con la nueva ejecución amenazan con acabar con la vida de un ciudadano británico.
Precisamente hoy y en este sentido, Obama y el primer ministro británico, David Cameron, insistieron en un editorial conjunto con motivo del comienzo de la cumbre de la OTAN en Gales (Reino Unido) de que las naciones democráticas no serán intimidadas ante la amenaza de los terroristas.
"Si los terroristas piensan que quedaremos debilitados ante sus amenazas, estarán equivocados. Países como el Reino Unido y Estados Unidos no serán intimidados por asesinos", afirmaron en el texto.
Irak es escenario de un conflicto armado desde junio pasado, cuando insurgentes suníes encabezados por este grupo yihadista lanzaron una ofensiva en la mitad norte del país.
El EI efectuó rápidas conquistas y a finales de ese mes declaró un califato en los territorios de Siria e Irak bajo su control.
Estados Unidos evalúa la posibilidad de atacar también sus posiciones en suelo sirio, con el objetivo de frenar sus avances de manera más efectiva, pero ha insistido en que la solución al problema pasa por una estrategia de integración regional para combatir a los grupos más extremistas.