El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha garantizado que trabajará por un modelo económico alejado del ladrillo y la especulación, y ha advertido de que su Ejecutivo no aplicará nunca como recetas ante la crisis ni despidos baratos ni recortes de protección social.
Zapatero reiteró ayer en Pontevedra que España ganará el combate contra la crisis, pero manteniendo los derechos laborales y la cohesión social.
En los próximos meses, dijo, “se multiplicarán las voces de aquellos que quieren contratos con menos derechos, facilitar el despido y de quienes desean recortes del gasto social”, pero serán, agregó, las voces de quienes no precisan recibir ayudas, aunque “cuando lo necesitan sí que lo piden, da igual que sean empresas u otras entidades”.
Por el contrario, el Gobierno se va a volcar en la inversión pública y en preparar los cimientos para un nuevo modelo de crecimiento, para que la recuperación económica no se base en el ladrillo.
Tampoco aceptará que “cualquier interés táctico, partidista o coyuntural” marque su agenda, y arremetió contra el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, por criticar la decisión de que el debate sobre el estado de la Nación se haya adelantado a mayo y no se celebre tras las elecciones europeas del 7 de junio.
“¿Acaso la situación económica y del empleo que vive el país no aconseja hacer cuanto antes el debate, y no cuando uno tenga el cálculo político y electoral táctico?”, le ha preguntado.
El presidente señaló que a los socialistas deben “resbalarles” las críticas de quienes no les importan los grandes problemas del país, sino sus pequeñas derrotas.
Sobre los comicios europeos, Zapatero apuntó que se trata de una cita importante para decidir entre “una unión social europea o una unión exclusivamente de mercados europeos”.
Por eso, el jefe del Gobierno advirtió de que surgirán voces de quienes quieren estimular la abstención, que son “aquellos que sólo quieren votar en el mercado, que sólo quieren que la política ocupe un lugar marginal”.
Son los mismos, dijo que “siempre defienden la no regulación, desde el sistema financiero a la protección del medioambiente, da igual: quieren que todo campe a sus anchas, sin que el conjunto de la sociedad democráticamente organizada pueda establecer pautas de comportamiento respetables”.
Zapatero prometió, además, que colaborará con el nuevo Ejecutivo gallego, presidido por Núñez Feijóo (PP), igual que lo hizo con el socialista liderado por Emilio Pérez Touriño, y confió en que haya reciprocidad en esta declaración de intenciones.
A los socialistas gallegos, Zapatero les emplazó a trabajar “fuerte, con las luces largas”, tras elegir a su nuevo secretario general, Manuel Vázquez.
EL PP PLANTEARÁ EL 7J COMO UNA MOCIÓN A UN GOBIERNO SIN SALIDA
El PP recurrió ayer al incremento de la tasa de paro, la más alta de la historia de la democracia, para reclamar el cese de un Gobierno que no sabe donde buscar una salida a la situación y que, por ello, merece que las elecciones europeas sean una moción de censura.
El presidente del PP, Mariano Rajoy, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, sintetizaron así los mensajes principales que los populares han querido transmitir a su militancia durante el acto en defensa del empleo que celebraron ayer en Madrid.
Unidos por los últimos resultados electorales en Galicia y en el País Vasco y por el deterioro que perciben en el Gobierno, al que sienten cada vez más acorralado por la crisis, Aguirre y Rajoy, Jaime Mayor Oreja (cabeza de lista en los comicios) y el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, lanzaron un mensaje común: las elecciones europeas del 7 de junio, que prevén ganar, serán el principio del fin del ciclo de José Luis Rodríguez Zapatero.
