La evacuación de unos 500 civiles sirios, en su mayoría heridos y enfermos, de cuatro localidades asediadas empezó hoy en el marco de un acuerdo entre los rebeldes y el régimen, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
De acuerdo con este pacto, salieron 250 civiles en autobuses de las localidades chiíes de Fua y Kefraya, en la provincia septentrional de Idleb y asediadas por los rebeldes, a cambio de que un número similar salga también de las localidades de mayoría suní de Al Zabadani y Madaya, en las afueras de Damasco y cercadas por el régimen.
Una de las ambulancias de la Media Luna Roja fue atacada por hombres armados, aunque se desconoce si los disparos causaron víctimas.
Las fuerzas del régimen y los rebeldes se han lanzados acusaciones recíprocas sobre la autoría de este ataque, según el Observatorio.
Esta evacuación se produce gracias a un acuerdo logrado con la mediación de la Media Luna Roja y el auspicio de la ONU.
Un total de 4.500.000 personas residen en zonas de difícil acceso en Siria, que incluyen a 400.000 que habitan en áreas cercadas, bien por el régimen o la oposición, de acuerdo a datos de la ONU.
El pasado 17 de marzo, varios convoyes con ayuda humanitaria entraron en Madaya, Al Zabadani, Fua y Kefraya.
No obstante, el enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, reconoció hace una semana que se dieron pocos avances en el suministro de ayuda humanitaria por la falta de nuevos convoyes a algunas áreas sitiadas.
La oposición siria comunicó ayer al mediador de la ONU, Staffan de Mistura, que su negativa a seguir negociando se debe de hecho al retroceso en el acceso humanitario a zonas muy afectadas por el conflicto.
Otro de los motivos de su negativa es el aumento de las violaciones por parte del régimen al cese de las hostilidades, que entró en vigor el pasado 27 de febrero.