El tabaquismo es hoy un "enorme" problema de salud pública - cada semana mata a mil españoles- y lo seguirá siendo en un futuro para los médicos neumólogos, junto a la calidad del aire, futuras pandemias y el envejecimiento de la población.
Así lo ha constado hoy la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) que quiere prepararse ante los retos del futuro y, con este propósito, ha elaborado el documento PROYECTO NEUMOLOGÍA H2030.
El informe es una visión prospectiva de la salud respiratoria en España, cuyo resumen ejecutivo concluye que a menos de diez años vista los neumólogos y cirujanos torácicos tendrán importantes retos a los que hacer frente como los anteriormente mencionados.
No obstante, la salud respiratoria en el 2030 también presentará tendencias favorables procedentes de los avances en innovaciones terapéuticas, el impacto de las políticas de prevención, la promoción de hábitos de vida saludable y los nuevos modelos de gestión.
Este proyecto estratégico, que analiza al detalle todas estas cuestiones, ha sido liderado por el Comité de Calidad e Innovación de SEPAR, que dirige el doctor Carlos Egea, en colaboración con Deusto Bussines School Health, así como con la participación de un panel de expertos y otros líderes del entorno sanitario.
El trabajo "rompe las barreras cortoplacistas actuales" y se adentra en el universo del posible futuro de la medicina respiratoria en el año 2030, ha explicado durante su presentación el presidente de SEPAR, el doctor Carlos Jiménez Ruiz.
En su diseño se ha tenido en cuenta el contexto dinámico en el que se enmarca la salud respiratoria, con cambios epidemiológicos, cambios en la provisión de servicios de neumología, innovación en la gestión y política sanitaria, transformación tecnológica y digital, y avance de grandes macrotendencias (cambio climático, urbanización, nuevos hábitos dietéticos y otros).
El documento concluye con doce recomendaciones para que la Neumología pueda afrontar el futuro.
Así aconseja la implantación de políticas regulatorias más restrictivas sobre el consumo de tabaco y sus formas alternativas; poner en vigor estrategias en pro de la calidad del aire, para disminuir los daños de agentes tóxicos en el entorno laboral y doméstico y otras políticas medioambientales.
En referencia a los nuevos modelos de atención se plantea orientar la misma a las necesidades de los pacientes (envejecidos, complejos y pluripatológicos) a través de nuevas formas de trabajo multidisciplinar.
También alude a la necesidad de dar mayor protagonismo a las nuevas tecnologías de la salud, a la telemedicina, y al rol activo del paciente y la evaluación de su experiencia.