Tras una semana de educación a distancia y otras dos de vacaciones, los alumnos franceses de infantil y primaria volvieron este lunes a clase con un dispositivo reforzado de seguridad para minimizar las posibilidades de contagio.
"La escuela permite luchar contra las desigualdades sociales. Por eso nuestros niños deben poder seguir yendo, con un protocolo estricto. ¡Buena vuelta a todos!", les dijo en Twitter el presidente galo, Emmanuel Macron, poco antes de darles la bienvenida en persona desde un colegio de Melun, en la región parisina.
Los estudiantes de secundaria regresarán de forma presencial a los institutos el próximo 3 de mayo, segunda etapa de una desescalada gradual en la que ese día también se pondrá fin a la prohibición de moverse más allá de una distancia de 10 kilómetros desde el domicilio.
A partir de este lunes, se espera que los colegios de educación infantil y primaria, donde estudian unos 6,6 millones de niños, reciban 400.000 test de saliva cada semana, con el objetivo de llegar a los 600.000 a finales de mayo.
La detección de un caso positivo de coronavirus conllevará el cierre de la clase, y en el comedor escolar deberá respetarse una distancia de dos metros.
Según la Unesco, Francia es uno de los países europeos que menos ha cerrado sus clases en el último año de pandemia, de marzo de 2020 al pasado marzo, con 10 semanas en total, frente a las 35 de Italia, las 28 de Alemania o las 15 de España.
Otra de las etapas de la desescalada contempla la reapertura de los comercios no esenciales, de los lugares culturales y de las terrazas de bares y restaurantes a partir de mediados de mayo, aunque en este caso el Gobierno no ha fijado una fecha concreta porque lo supedita a la evolución de la situación sanitaria.
Este domingo el país registró 24.465 nuevos contagios en las 24 horas anteriores, hasta los 5,49 millones de infectados desde el inicio de la pandemia, y contabilizó 145 nuevos fallecimientos en los hospitales, hasta los 102.887.