Miradas fijas y en silencio de gotas de sangre que luchan por la naturaleza desde La Janda

Mientras que más de 100 líderes mundiales participan en la Cumbre del Clima de Glasgow, en Escocia, a unos 2.974 kilómetros al sur, en Vejer de la Frontera, Cádiz, gotas de sangre miran fijamente y en silencio, de sol a sol, la fachada del Ayuntamiento.  Gotas de sangre que representan a la naturaleza en peligro, a la naturaleza defendiéndose, a la naturaleza consciente de que aunque el cambio climático es un problema global, “las acciones deben ser locales”, deben partir “desde los propios ayuntamientos”, por pequeños que sean. De ahí esa mirada silenciosa y fija ante la fachada del consistorio en espera de acción.

Los vecinos de Vejer llevan días viendo a unos personajes, vestidos de rojo, con la cara pintada de blanco, que se sientan junto a unos carteles reivindicativos en uno de los bancos de la Plaza de España. Concretamente en el banco que se sitúa al otro lado de la fuente y que mira de frente al Ayuntamiento. Unos personajes que acuden de uno en uno, en turnos de unas dos horas, y que de vez en cuando se levantan y pasean por la plaza, siempre en silencio.

Joanna Crowson, activista del colectivo Extinction Rebellion y que lleva desde la década de los 90 viviendo en la comarca de La Janda, nos cuenta que se trata de “una acción simbólica poética de protesta  para llamar la atención de la ciudadanía de Vejer y demás municipios de la comarca para hacer visible la situación que se vive alrededor de la COP26”,  es decir, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2021 que se está celebrando desde el 31 de octubre y hasta el 12 de noviembre en la ciudad de Glasgow, Escocia. Y es, insiste, que lo que suceda en esta cumbre internacional “tiene mucha importancia aquí aunque sea un problema global”.

También buscan “instar al Ayuntamiento de Vejer y al resto de administraciones locales a actuar porque al final, como hemos mencionado, aunque sea un problema global, todas las acciones serán locales y ellos tienen la obligación de aprobar y poner en marcha sus planes municipales para luchar contra el cambio climático”.

“No tenemos tiempo que esperar, nuestro lema es para la crisis ecológica y climática, inacción es lo mismo que muerte”, explica Joanna para añadir que habla de “la muerte de diferentes especies, de pérdida de hábitat ecológicos, y en algunas zonas del mundo también la muerte de muchos seres humanos…”

Esta acción protesta está organizada y convocada por “una plataforma que se denomina La Janda por el clima”, que a su vez engloba a diferentes colectivos de la zona como Vejer sin Fronteras, Ecologistas en Acción, Extinction Rebellion, etc.

Al respecto, la representante de Extinction Rebellion explica que este colectivo es un movimiento social mundial, ajeno a cualquier filiación política, cuyo objetivo es influir sobre los gobiernos del mundo y las políticas medioambientales globales mediante la resistencia no violenta para minimizar la extinción masiva y el calentamiento global.

Durante la duración de la COP26, del 1 de noviembre al próximo día 12, personas de la citada plataforma La Janda por el Clima se sientan y pasean en la Plaza de España, en Vejer, frente al Ayuntamiento, vestidas de rojo, en referencia “a una gota de sangre común que representa a toda la vida, no solo del ser humano… somos la naturaleza defendiéndose”.

En estos doce días realizan una guardia en silencio “mirando al Ayuntamiento” de sol a sol, desde las ocho de la mañana a las siete de la tarde. Para ello realizan varios turnos de unas dos horas cada uno. Y miran la fachada del Consistorio “esperando acción” por su parte.

Y este viernes, a las doce, concluyen  con una concentración  en la misma Plaza de España a la que “invitamos a toda la ciudadanía para que acudan a defender el planeta y a sumar su voz”.

Entre otras acciones, los rebeldes rojos, el pasado domingo, se desplazaron hasta Barbate para marcar con una línea blanca el alcance de las inundaciones para el 2050… “cuando suba el nivel del mar”. Y es que tienen claro que “Barbate tiene un grave problema sobre todo en la zona próxima a la desembocadura del río y su paseo marítimo”.

Son acciones “para informar, para decir la verdad a la ciudadanía e instarles a que demanden a sus gobernantes las acciones necesarias para luchar contra las consecuencias del cambio climático”.

“A nosotros nos resulta extraño que muchas personas acepten esta situación, por eso tratamos a través de actos simbólicos poéticos de llamar su atención, de extrañarlas, para que empiecen a cuestionarse qué ocurre”, señala Crowson.

A pesar de ello, estos colectivos entienden que “no podemos usar menos el coche si no hay transporte público decente, no podemos comprar con menos plástico si los supermercados siguen vendiendo sus productos envueltos en plásticos… al final no depende de actos individuales, que son importantes, depende de la legislación y de la acción de nuestros gobernantes”.

Y por eso demandan su acción, porque lo contrario es, simple y sencillamente, la muerte, global y local, del planeta.

Joanna Crowson, que lleva desde las ocho de la mañana en su guardia de silencio, se levante y le deja el turno a otra compañera para que esa mirada repleta de conciencia se mantenga fija en la fachada del Ayuntamiento, para que esa gota de sangre siga despertando el interés de los ciudadanos.