La Universidad de Cádiz (UCA) restableció la movilidad internacional entrante y saliente el pasado martes 23 de junio tras superar las distintas fases de desescalada del estado de alarma por la pandemia “con mucha dificultad” pero de manera satisfactoria. “Hemos salvado el curso”, asegura el vicerrector de Internacionalización, Rafael Jiménez, quien firmó la instrucción con
cierto alivio por el trabajo realizado por el departamento en pleno caos sanitario
pero, al mismo tiempo, preocupado por el devenir de los programas Erasmus+.
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Hemos tomado medidas desde el primer momento -relata- para atender a los más de 400 estudiantes gaditanos que completaban sus estudios en alguna universidad colaboradora en los cinco continentes y los más de 600 alumnos de diversa procedencia que eligieron a la UCA este curso”. De manera telemática, el equipo ofreció información al minuto a todos ellos por medio de Whatsapp pero también organizó, en coordinación con los consulados, la repatriación de los nacionales por barco con salida de los puertos de Génova y Civitta Vechia o por autobús, medio por el que regresaron a España 108 estudiantes que se encontraban en Polonia, cinco de ellos de la provincia.
En Cádiz aún queda medio centenar de extranjeros que están encontrando dificultades para regresar a sus países en Hispanoamérica y África, fundamentalmente, por el azote de la pandemia. “Los contratos de alquileres y becas concluyen a final de mes. Si para entonces no pueden volver, ofreceremos la posibilidad de que se alojen en el Colegio Mayor de Cádiz a un coste reducido e incluso, analizando caso por caso, de manera gratuita”, avanza.
Ahora, añade,
pueden iniciarse nuevas movilidades, que se desarrollarán sin modificaciones mientras se mantenga la situación de, al menos, nueva normalidad, y las autoridades no impongan restricciones a la movilidad de las personas.
En julio hay previstas entradas y salidas, asegura, pero admite que la evolución de la pandemia afectará a la demanda. Este es el principal temor pero también hay otros. Jiménez apunta que
ya hay universidades colaboradoras del programa Erasmus+ que no van a aceptar a estudiantes en el primer semestre.
Además, el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (Sepie) informó el miércoles 24 que en el nuevo programa
no habrá convocatoria hasta 2022 para las acciones de Movilidad Internacional de Créditos (KA107) y Desarrollo de Capacidades en el ámbito de la Educación Superior, de manera que solo se desarrollarán las acciones en curso, “debido a las negociaciones en marcha sobre los instrumentos de financiación y cuestiones de tipo legal que afectan al desarrollo e implementación de algunas convocatorias de 2021”.
No solo habrá que lidiar con el miedo, por lo tanto. “Hay muchos alumnos que lo han pasado realmente mal”, admite. Pero el vicerrector de Internacionalización defiende que
habrá que incentivar de algún modo el interés por un programa que solo reporta beneficios académicos y permite experimentar una etapa vital inolvidable. “Llamaremos oficialmente Patio de las Naciones al patio donde se encuentran nuestras oficinas en el Rectorado”, adelanta, “y lo convertiremos en un espacio para informar sobre las peculiaridades de los destinos”. Solo es un primer paso pero así, con un primer paso, “comienzan hasta los viajes de mil millas”.