José Manuel Elías arrancó su taxi este sábado a las 6.00 de la mañana y solo unos minutos después llevó a casa a tres rezagados que apuraban una noche de fiesta. Elías, vicepresidente de Radiotaxi Sanlúcar, saluda la vuelta a la normalidad después de un verano intenso, pero insuficiente. “Cuando cerraban los locales a las dos, todo el mundo quería un coche”. Pero el resto de la madrugada no se hacía ni una sola carrera. El término de la temporada reduce la actividad, pero la recuperación del ocio nocturno es una buena noticia para el sector, acuciado por la subida de los precios de los seguros de sus vehículos y del combustible.
La incertidumbre, sin embargo, sigue marcando los nuevos tiempos. Alexis Ruiz Martín, presidente de la Asociación de Salas de Fiestas, Bailes y Discotecas, no ha podido hacer balance aún de la primera noche sin restricciones, pero adelanta que muchos de los establecimientos de la provincia no han tenido capacidad de reacción para incorporar o contratar a personal o adquirir suministros dado que, si bien la nueva normativa se publicó el miércoles en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), la decisión de rebajar a nivel 0 de riesgo al conjunto de la provincia por parte del El Comité Territorial de Alerta de Salud Pública de Alto Impacto no se conoció hasta el jueves. “Este es un fin de semana de transición”, asegura. De hecho, los locales más populares en Jerez no habían actualizado horarios a mediodía de este sábado en sus perfiles en redes sociales. “¡Volvemos a lo que éramos! Ilusiones renovadas”, se podía leer en el muro de una de las discotecas, pero no concretaba. “Os iremos informando”, añadía.
Además, el sector vuelve a la actividad muy mermado. Segun los cálculos de Ruiz, hasta un 30% de los locales, unos 40 de los 150 que se cuentan en la provincia, han cerrado definitivamente después de un año y medio sin actividad. “Ha sido una ruina”, lamenta, porque no han tenido ayudas y han sufrido una normativa muy dura pese a que “cuando cerramos -sostiene-, crecían los contagios”.
“Se nos ha utilizado por parte de las administraciones para parecer que se estaba haciendo algo contra el coronavirus”, argumenta, por su parte, Antonio de María, presidente de Horeca. “Teníamos que colocar las mesas a distancia y velar por el uso de la mascarilla, pero los clientes se levantaban de la silla y podían acudir a concentraciones sin que pasara nada”, recuerda.
De hecho, De María apunta al botellón, práctica que ha proliferado en los últimos meses, donde no hay ningún tipo de control, a diferencia de los locales, “espacios seguros aunque nos hayan obligado a cerrar porque no ha habido contagios vinculados a bares y restaurantes”, insiste.
El presidente de la patronal hostelera y el representante de los locales del ocio nocturno temen que el fenómeno continúe ahora y reclaman medidas de control y la prohibición de la venta del alcohol a partir de media tarde y recuerdan que, en cualquier caso, el botellón está prohibido en Andalucía.
No obstante, muestran optimismo, que es, con la incertidumbre, las sensaciones más expresadas ahora. Las terrazas ocupadas al cien por cien en cualquier rincón de la provincia a mediodía y la ampliación del turno de cenas, el Gran Teatro Falla abarrotado con Clandestino, de Tino Tovar, o los 52 cruceros previstos para este mes de octubre en la capital gaditana, con las navieras concediendo una mayor libertad a los pasajeros para acceder, al fin, al comercio local, son argumentos suficientes para estar esperanzados. La vacunación masiva y el desplome de los contagios en los últimos días, con solo una docena ayer, refuerzan los buenos augurios. “Ahora solo falta recuperar los hábitos de salir de nuevo a tomar una copa”, anima el representante de los locales de ocio nocturno.