El Juzgado de lo Penal 3 de Granada ha acogido este jueves el juicio contra un hombre, de iniciales A.R.J., acusado de provocar un accidente en el que murió una pareja, de 41 y 30 años, tras chocar su vehículo frontalmente al haber invadido el sentido contrario presuntamente bajo los efectos de la ingesta de bebidas alcohólicas y drogas, en la carretera de acceso a Sierra Nevada, la A-395, en el mes de diciembre de hace dos años.
La Fiscalía le atribuye dos delitos de homicidio por imprudencia grave y un delito contra la seguridad vial, por los que le solicita una pena de tres años y medio de cárcel, prohibición de conducir vehículos durante cinco años y pérdida de la vigencia del permiso de circulación, además del comiso del coche siniestrado o su valor equivalente. Las acusaciones particulares, que representan a los dos fallecidos, elevan su petición de condena a los cuatro años de prisión, por los mismos delitos.
Según la acusación del Ministerio Público, el siniestro se remonta al pasado 5 de diciembre de 2011, cuando sobre las 21,30 horas, el procesado, que conducía un BMW, no observó con la "debida" atención a la carretera por la que circulaba, la A-395, como consecuencia de haber ingerido alcohol y cocaína, y, al llegar al kilómetro 8, en Cenes de la Vega (Granada), "perdió el control" en un tramo ligeramente curvo e invadió el sentido contrario.
Chocó frontalmente con el vehículo que conducía R.O.H., que viajaba con su novia, C.R.P., quienes "nada pudieron hacer" para evitar el "violento impacto", y fallecieron en el acto. Tras la colisión, otro vehículo que circulaba detrás chocó contra el coche que conducían, pese a que intentó evitarlo. Los agentes de la Guardia Civil personados en el lugar del accidente advirtieron en el procesado síntomas de consumo de alcohol, y, teniendo en cuenta el estado del herido, no le practicaron la prueba de alcoholemia, pero solicitaron que se le realizara un análisis clínico, en el que dio positivo con 2,50 gramos de alcohol en sangre, y en cocaína.
El inculpado ha sostenido sin embargo que sólo tomó dos copas, una cerveza y un vodka, y que tuvo un descuido y derrapó por el mal estado de la vía, chocando frontalmente con el coche que conducían los fallecidos. En su derecho a la última palabra, antes de que el juicio quedara visto para sentencia, ha pedido además perdón a sus familias y ha sostenido que lo que ocurrió fue un accidente no intencionado.
En la lectura de su informe final, el fiscal ha considerado no obstante que ese descuido, esa "distracción" y el "resultado final", fueron consecuencia de que había consumido alcohol y probablemente cocaína y ha señalado que nada tuvo que ver el impacto del vehículo que conducía detrás de los fallecidos, porque si el acusado no hubiera invadido el carril contrario no se habría producido la muerte de la pareja.
Las acusaciones particulares también han incidido en que todos los testigos del siniestro afirmaron que el procesado presentaba síntomas de haber bebido alcohol y han restado credibilidad a su justificación de que derrapara. "Fue una distracción causada única y exclusivamente porque iba bebido", ha dicho uno de los letrados.
La defensa, por su parte, ha indicado que no existen pruebas suficientes que acrediten el estado de embriaguez de su cliente y ha reseñado que en su primer informe la Guardia Civil no hizo constar en ningún momento que presentara esa sintomatología. Asimismo, ha insistido en que todo fue producto de una distracción, que en todo caso sería una imprudencia leve, pese al resultado de la muerte de dos personas.
"No hay ningún tipo de locura en la conducción, ningún tipo de actuación negligente", ha defendido el abogado, que ha pedido que se contemple en este caso la reparación del daño, pues las familias de las víctimas ya han sido indemnizadas por la aseguradora, y la asunción de los hechos.
Tras las últimas palabras del inculpado, el juicio ha quedado visto para sentencia.