La Fiscalía de Granada ha rebajado de 17 a 10 años de prisión su petición de pena contra un acusado de intentar matar de una puñalada a un policía nacional que lo perseguía tras un tirón de bolso a una mujer en Granada, agresión que no llegó a producirle al agente lesiones de gravedad al llevar puesto el chaleco antibalas.
El procesado, de iniciales R.F.C., que se ha declarado culpable al comienzo del juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Granada, se enfrentaba inicialmente a diecisiete años y medio de prisión y multa de 540 euros por un delito de robo con violencia e intimidación, un delito leve de lesiones y un delito de atentado en concurso ideal con homicidio en grado de tentativa, pero la representante del Ministerio Público ha aceptado reclamarle una pena menor, de tres años y un día por un delito de atentado y de siete por homicidio en grado de tentativa y libertad vigilada por un máximo de diez años, pena que ha aceptado su defensa.
En el caso también estaba imputada otra joven, C.C.B., a la que se achacaba su participación en el robo y lesiones, por lo que la Fiscalía pedía inicialmente para ella cuatro años y medio de prisión y multa de 540 euros. Sin embargo, un acuerdo de conformidad con la defensa le ha supuesto además una rebaja en la petición de condena, al contemplar la atenuante por drogadicción, a dos años de prisión y la misma multa inicial por robo con violencia y delito leve de lesiones, además de la prohibición a la víctima del robo por tres años y medio.
Tras reconocer los inculpados los hechos, la Fiscalía, la acusación particular --que representa al policía agredido-- y las defensas han renunciado a todos los testigos propuestos, pero el tribunal de la Sección Primera ha pedido oír a la víctima.
El policía nacional ha explicado cómo el acusado, al que perseguía tras haber cometido un robo, apareció de debajo de un coche y "sin venir a cuento" le apuñaló, agresión que le ocasionó una contusión que le estuvo doliendo una semana pero que no produjo herida incisiva al llevar puesto el chaleco antibalas, algo que también han ratificado las forenses que analizaron sus lesiones.
Tras su comparecencia y la de las forenses, el presidente del tribunal ha ofrecido a los procesados su derecho a la última palabra, momento que el principal acusado ha aprovechado para negar la agresión que había reconocido al inicio de la sesión. "No estoy conforme con eso del intento de homicidio. Fueron ellos mismos los que me dieron una paliza y los que se cayeron al suelo. Ninguno llevaba chaleco antibalas porque era verano y hacía mucho calor", ha indicado. El juicio ha quedado después visto para sentencia.
LA ACUSACIÓN
Los hechos se remontan a las 19,45 horas del 5 de septiembre de 2015, cuando los dos inculpados, en compañía de otros dos menores de edad, "puestos de común acuerdo y con ánimo de ilícito beneficio", se acercaron a su víctima cuando ésta caminaba por un callejón de Granada.
Mientras uno de ellos, en concreto una de las chicas, le sujetaba el brazo por la espalda, diciéndole que no se resistiera mientras le ponía un cuchillo en el costado, otro de los jóvenes le cogió el asa del bolso que llevaba colgado del brazo. Le dio tirones hasta que consiguió arrancárselo pese a la resistencia opuesta por la mujer, quien cayó al suelo. Los otros tres jóvenes la rodearon para impedirle pedir ayuda o salir de allí, pero después todos se marcharon corriendo del lugar.
Fue entonces cuando la perjudicada comenzó a gritar pidiendo auxilio, y dos personas acudieron a su ayuda y a perseguir a los dos procesados y los dos menores mientras llamaban a la Policía. Uno de estos testigos vio cómo uno de los autores lanzaba un objeto al patio del colegio y escondía el bolso robado en una mochila que llevaba, tras lo cual les perdieron de vista unos minutos. Finalmente, se percataron de que los cuatro se escondían dentro de un garaje en el Paseo de los Basilios, adonde se introdujeron dos patrullas de la Policía Nacional que había acudido al lugar.
Dentro del aparcamiento, los agentes requirieron a los jóvenes que salieran y les alertaron de su presencia. En un momento determinado, cuando uno de los policías giró una de las esquinas en la primera planta del garaje, el acusado R.F.C. se lanzó contra él y "con ánimo de acabar con su vida", procedió a clavarle en el abdomen un cuchillo de 21 centímetros de hoja, al tiempo que le decía "te mato". No obstante, el procesado no llegó a conseguir su propósito, dado que el agente llevaba colocado el chaleco antibalas, algo que desconocía su agresor, a quien consiguió reducir e interceptarle 210 euros de la mujer a la que había robado.
También dentro del garaje los agentes consiguieron localizar a la otra acusada, que se había escondido junto a la otra chica menor de edad debajo de un vehículo, y bajo otro coche localizaron al cuatro implicado, menor de edad. Una vez detenidos los cuatro, a la joven mayor de edad se le encontró escondido dentro de un pantalón un cuchillo de 10 centímetros de longitud y al menor de edad documentación de su víctima. Además, en el patio de un colegio cercano, la Policía halló un cuchillo de 30 centímetros, y en el garaje una mochila con el bolso sustraído.
A consecuencia de los hechos, la víctima sufrió policontusiones, y escoriación en codo derecho y rodilla derecha, además de ansiedad. El agente agredido tuvo contusión costal tras la agresión que, dada la localización y las dimensiones del arma utilizada podría haber provocado afectación de órganos vitales e incluso la muerte de no haber llevado el chaleco antibalas.
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