"Los cementerios son formidables para cualquier lector de literatura de terror, con sus fuegos fatuos y con la posibilidad de que salga un zombi en cualquier momento", ha dicho el poeta sobre las imágenes de su nuevo libro, fotografías tomadas en cementerios por Miguel Fernández-Pacheco y Marcela Lieblich.
Lieblich, investigadora del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y Fernández-Pacheco, escritor y dibujante, tienen la afición de fotografiar cementerios y han sido los responsables de encajar una selección de sus imágenes con poemas de Luis Alberto de Cuenca, ya que todos los de esta antología son previos y ninguno ha sido escrito expresamente para ella.
El propio poeta, del que se han hecho antologías amorosas, humorísticas y de tema clásico, ha sido el primer sorprendido al comprobar que su obra también daba para antología fúnebre: "Miguel y Marcela, que son muy cómplices de mi poesía, han buscado acomodo a cada uno de mis poemas con sus fotografías".
De Cuenca calificó de sorprendente el título de la antología que, sin embargo, procede de una soleá suya que fue interpretada por un cantaor en los años ochenta y que dice: "Maldita sea mi suerte. / Mi novia me ha sorprendido / en la cama con la muerte".
Filólogo, investigador del CSIC y ex secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca ha asegurado que "aunque impone un poco, la poesía y lo funerario siempre han tenido mucha relación; existe una tradición consolidada de poesía fúnebre; 'epigrama' significa inscripción funeraria, y los epigramas griegos más hermosos son los funerarios".
A la pregunta de si ya tiene su epitafio, el poeta contestó con uno de sus haikus: "Vivió. Murió. / Supo ser nadie y todos / al mismo tiempo".
Como uno de sus poemas es una ironía sobre el suicidio, De Cuenca ha afirmado que "todo es susceptible de tomárselo con ironía, si no sería difícil seguir vivo todos los días, afianzarnos en esta vida y mirar el futuro con optimismo".
"Shakespeare y Cervantes fueron dos grandes humoristas; sin embargo hay escritores que carecen de sentido del humor y se les nota aunque sonrían mucho", ha comentado, también con humor.
La afición a los tebeos del poeta lleva a que en uno de estos versos se cite a Conan --"el último del cine defrauda; tiene pocos músculos, una piltrafilla al lado de Schwarzenegger", ha acotado--, y la afición a la literatura de Lovecraft a creer, si no en los fantasmas, "en ciertas emanaciones de los seres que han habitado un determinado lugar y han dejado allí su recuerdo".
De la relación del amor y la muerte, el poeta ha asegurado que "el amor es una pulsión de la muerte" y que "el amor y la muerte han estado muy cerca desde el principio"; y puso un ejemplo: "Como cuando le decimos a la novia eso de 'estás para comerte', que estamos describiendo una situación de precanibalismo".
Del verso "Quiero ser yo esta vez quien te mate, amor mío" ha señalado: "Soy la persona más pacífica del mundo, no hago apología de la violencia sino que la conjuro, como una vez dijo Alex de la Iglesia sobre sus películas, que eran violentas para poder conjurar la posible violencia que hubiera en su interior".
Al ser preguntado sobre su fe en la inmortalidad citó el deseo de Unamuno de disfrutar de una "inmortalidad personal" y a Propercio: "La muerte no termina con todo".