Nos trasladamos a 1673. Una fecha en la que la medicina tradicional comenzaba a ser relevada, de forma muy paulatina, por una medicina en la que la ciencia comenzaba a tener más peso. Este es el contexto histórico en el que se desarrolla ‘El Enfermo Imaginario’ una tragicomedia del dramaturgo francés Jean-Baptiste Poquelin, conocido como Molière, y que la compañía rondeña Proyecto Platea lleva a escena los días 14 y 15 de enero. Una fecha que no podía ser más certera, ya que este sábado se cumplirán 400 años del nacimiento del célebre literato.
“Me he pasado más de 40 años al otro lado de la mesa de una consulta y ahora me meto en la piel del que está enfrente. He conocido a muchos ‘Arganes’ que sufrían por ese proceso, que estaban malos de verdad, no de lo que pensaban, pero que estaban sufriendo, lo estaban pasando mal. Y a los que encima hay que añadir la incomprensión de los que le rodean”, quien habla es Avelino Écija, médico jubilado que se meterá en la piel de Argán, un hipocondriaco que protagoniza la obra.
En torno a él, la avaricia, la maldad y los oscuros intereses aflorarán encarnados en personajes como Monsieur Diaforius, al que da vida el también director de la obra, Marcos Marcell, y su hijo Tomás, interpretado por Rafael Écija, dos perversos médicos que, aprovechándose del estado del pobre Argán, tratarán de ingeniárselas para sacarle los cuartos, ofreciéndole pócimas y fármacos de todo tipo para aplacar su presunto dolor.
Hasta 21 actores subirán a escena en las dos sesiones de ‘El Enfermo Imaginario’, como, por ejemplo, Emma Cherry, que, además de encarnar a la ‘esposa-trofeo’ del protagonista, la retorcida ‘Belisa’, se ha encargado tanto de la escenografía como del vestuario de las damas. Un trabajo del que se siente, según nos cuenta, muy satisfecha.
“Me ha dado la oportunidad de honrar a mi creatividad, de tomarme en serio, no solo como actriz, sino como diseñadora y de hacer cosas con las manos”, manifiesta la intérprete de origen británico. La narrativa que vuelve a traer a colación asuntos como la hipocondría, que padece Argán, o el recurso a una medicina tradicional al margen de la ciencia, en palabras de Marcell, hace que la representación de la obra sea más pertinente que nunca.
Asimismo, varios personajes hacen ver esos intereses oscuros que salen a relucir cuando hay alguien tratando de lucrarse a costa del dolor ajeno, como también sigue sucediendo hoy día, y algo que ha puesto de manifiesto la pandemia. Los actores se refieren al trabajo que hace Marcell con ellos, a la hora de actuar como una especie de mármol a cincelar, o de rocas de las que el director consigue extraer piedras preciosas.
Una de las que traslada esta metáfora es Charo Carrasco, quien da vida a Angélica, hija de Argán, y sostiene que esta obra es “un bálsamo de risa asegurada”. Otros nombres destacados del elenco son los de Nieves Rodríguez, Ana Belén Sánchez, Juan Manuel Jiménez o Maripaz Medina entre otra decena de actores, buena parte de ellos aficionados, que subirán al escenario, según Carrasco, como auténticos profesionales.
