Podría pedir perdón, pero no lo voy a hacer. No me considero más listo que nadie. Sino que todos somos iguales cuando nacemos. Lo hacemos desnudos y sin nada y nos morimos y si algo tenemos, lo dejamos todo.
Pero me indigna que el desconocimiento reine en la sociedad. Me indigna que algunos listos se aprovechen de la buena gente y me sorprende ese odio a la Santa Madre Iglesia, que no hace otra cosa que el bien a los necesitados, claro que los que no la necesitan, no la valoran.
En el año 1800, cuando la Isla ya existía con Ayuntamiento propio, el entonces Ayuntamiento y clero de la ciudad proclamó el Voto a San José. Entonces, de Franco ni se hablaba, porque además, ni existía. Pero da igual.
Últimamente veo a muchos intentando relacionar a la Iglesia Católica con el régimen de Franco, como si el dictador la hubiera creado. Y sólo hay que creer algo o conocer algo, para saber que hace 2015 años de la noticia de Cristo, no 40.
Comprendo que hay opiniones y pensamientos para todos gustos. Como los míos. Pero a veces me siento estúpido, porque respeto a todos y veo que a pesar de eso, hay muchos que no respetan mi creencia. Y eso, en un país donde se proclama la libertad de prensa, pensamiento, o la libertad de raza y religión. Mentira, como mentira es el derecho a una vivienda digna. Aquello que queda en un papel y no se transforma en realidad, es como una receta que proclama una cura y ésta no se produce.
Apuesto por la educación de la sociedad, porque con ello, se dejaría de usar impunemente ante la juventud las mentiras que se usan como si fueran verdad. Si existiera el respeto a cada uno, no estaríamos en esa guera de unos contra otros, porque todos sabríamos que hay distintos pensamientos como razas o creencias. Claro que de siempre, históricamente, hay una raza o una creencia que ha intentado imponerse al resto.
