Hay una palabra mágica para defender el sector naval en la Bahía de Cádiz y en la ría de Ferrol. El argumento más contundente, expresado por todos, incluidos los que quisieran acabar con él, es que se trata de un sector estratégico y hay que mantenerlo a capa y espada como se ha hecho desde sus comienzos. Es lo que no cambia cuando todo lo demás ha cambiado. .
Evidentemente, es posible construir barcos en otro lugar, encargarlos a otros países como otros países lo encargan a España, conseguirlos mucho más baratos. Pero eso no le quita al sector naval la etiqueta de estratégico porque atendiendo a su definición, es de importancia decisiva para el desarrollo de algo, que dice el diccionario de la RAE. .
El sector naval, al día de hoy, es estratégico para la Bahía de Cádiz y la ría de Ferrol porque sin los pocos miles de puestos de trabajo que aún quedan, más los de la industria auxiliar, se vendría abajo toda la castigada economía de la zona, desde el comercio y la hostelería a lo poco que queda de otros sectores productivos. .
Esto es, que su calidad de estratégico no es por ser los que mejor construyen los barcos para una Marina española que no quiere o no puede comprar barcos, o para las marinas de otros países que parece que últimamente prefieren otros productos más baratos. Es estratégico por las consecuencias de su desaparición, no por las virtudes de su existencia. .
A partir de ahí hay que valorar hasta qué punto lo estratégico no está obligado a ser razonablemente sostenible en términos estrictamente económicos. Y llegados a ese punto, puesta sobre la mesa la cuenta de resultados, restada la ganancia social de la pérdida industrial, el balance obliga a pensar que los recortes van a llegar más pronto que tarde y que los trabajadores los esperan. Porque ellos son los que mejor saben que tienen que elegir entre menos o nada. Pero se resistirán.
