El hasta hace unas semanas entrenador del Atlético Sanluqueño, Pepe Carrete, compareció el jueves ante los medios de comunicación para abordar el tema de su no continuidad al frente del equipo, y para despedirse de la que ha sido su afición en el último año y medio.
Lo primero que hizo Carrete fue reconocer que las relaciones con la Junta Directiva, especialmente con el presidente del club, Manolo Fernández, estaban muy deterioradas, exponiendo una serie de argumentos que en su opinión propiciaron un cúmulo de desencuentros que enturbiaron sobremanera la relación entre ambos.
Reconoció Carrete que dichos desencuentros comenzaron ya en su primera temporada: “Teníamos un partido vital en Coria y muchos problemas de lesiones. Consideré oportuno que viniera con nosotros el juvenil Pedro. El club me prohibió convocarlo argumentando que el equipo juvenil también se jugaba mucho, cuando entiendo que la prioridad debe ser el primer equipo.” La marcha del lateral izquierdo Adri también provocó un nuevo desencuentro “Entendía que si un jugador se marchaba, debía venir otro que ocupará su lugar, pero no se atendió mi petición”, apunta Carrete.
A pesar de éstos y otros problemas, club y entrenador deciden seguir juntos en la siguiente temporada, en la que las desavenencias entre el técnico asturiano y Fernández comienzan a incrementarse: “Solicito a la directiva traer a un jugador para una demarcación que consideraba necesaria reforzar. El club se niega argumentando que no hay dinero. Cual es mi sorpresa cuando la siguiente semana me anuncian que han firmado a otro jugador, que además ocupaba una posición diferente a la que yo creía conveniente reforzar”. En Navidad se produce otro fuerte encontronazo, Carrete reconoce que, en la cena de Navidad, montó en cólera por no permitírsele al equipo, que llevaba un mes sin pisar el campo, utilizar terreno de juego para realizar unos ensayos de estrategia. “Quiero pedir disculpas a la junta directiva por el tono empleado en aquella ocasión”, apuntó Carrete.
Otro tema deportivo que también enturbió las relaciones tuvo lugar tras el fichaje de Abel Calatayud. El Sanluqueño se vio obligado a dar una baja y el elegido fue Chico Benítez, a pesar de que Carrete se mostraba contrario a esta decisión. “Tanto yo como el Director Deportivo coincidimos, en esta ocasión, en este tema, pero una vez mas mi decisión no fue tenida en cuenta”.
En definitiva, Carrete considera que en su paso por el Sanluqueño ha recibido injerencias e imposiciones que él no estaba dispuesto a tolerar. También aludió a problemas económicos, sosteniendo que se puso del lado de los jugadores: “igual que les exijo que rindan y que trabajen, también me pongo de su lado cuando considero que tienen razón”. Algunos aspectos organizativos que se dieron lugar durante la fase de ascenso, con los que Carrete no estaba de acuerdo, también fueron motivo de discordia.
El entrenador asturiano, emocionado, quiso despedirse de la afición sanluqueña, por la que mostró un agradecimiento eterno, dando las gracias por el excelente trato recibido durante su estancia en Sanlúcar. Se va con la pena de “no haber podido terminar mi trabajo, pues considero que el grupo de jugadores que he tenido a mi cargo, más cuatro o cinco incorporaciones, hubiera dado mucho que hablar en el Grupo IV de Segunda División B”
