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“Le pedí a la Virgen del Carmen que me salvara tras caer al vacío”

Juan Manuel Muñoz, marinero herido de gravedad en el Puerto de Bonanza en un barco de la flota, se encuentra ingresado en el Hospital Virgen del Camino

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  • El marinero Juan Manuel Muñoz junto a su hijo en el Hospital Virgen del Camino -
  • Sufre la rotura de la pelvis izquierda y tiene muy dañada esta parte del cuerpo
  • Recuerda que “al perder pie me acordé de mi madre porque tras el accidente me temí lo peor ya que empecé a estar agotado”
  • Valora que “el 7 de septiembre tendré la suerte de celebrar mi 48 cumpleaños”

Juan Manuel Muñoz, marinero de 47 años del barco pesquero Punta del Malandar, se encuentra fuera de peligro tras el percance que sufrió el pasado jueves 27 de agosto. Iba a comenzar una nueva jornada laboral cuando se encontraba en el Puerto Pesquero de Bonanza pero cuando se dirigía a su puesto de trabajo cayó en la sala de máquina de otro barco desde una altura considerable, unos cinco metros. Ante los gritos de auxilio un compañero avanzó por el mismo recorrido y también se precipitó al vacío, precisamente sobre su cuerpo.

Formamos parte de una profesión muy peligrosa y en estos momentos es cuando se palpa el compañerismo que existe entre los marineros

Se vivieron momentos de angustia y más por la hora del suceso, sobresapadas las 2.00. Sus compañeros no pudieron sacarle del lugar donde ocurrió todo, tampoco un médico ni el conductor de una ambulancia del 061, con lo que fue necesario la presencia de los bomberos, que así lo consiguieron para que fuera trasladado urgentemente al Hospital Virgen del Camino, centro donde tuvo que ser igualmente limpiado ante la gran cantidad de gasoil que había acumulado el herido, que sufrió la rotura de la pelvis izquierda, contusiones y erosiones importante en la pierna de esa zona del cuerpo, así como una brecha de 14 puntos en la cabeza.

Juan Manuel Muñoz lleva 25 años faenando en el mar. Hace 10 años tuvo otro percance que también casi le cuesta la vida cuando se encontraba lejos del Puerto Pesquero de Bonanza. Es una costumbre entre los marineros avanzar de barco en barco hasta llegar al que le correspondente. En este caso, tuvo el infortunio de caer en el interior de una sala de máquina de uno de los mismos, que estaba al descubierto y agravado ante la nula visión que supone empezar la jornada en una madrugada.

El accidentado manifestó que “llevo muchos años trabajando en el mar y he tenido percances pero no como el que acabo de sufrir. En el momento de caer en la sala de máquina me acordé de mi madre. Le pedí a la Virgen del Carmen que me sacara de allí. Menos mal que un compañero escuchó mis gritos pidiendo de auxilio, con la mala suerte que cayó encima de mí. Me vi muy mal y me temí lo peor porque estaba empapado de agua y de gasoil. Mi móvil dejó de funcionar”.

Agradece que “desde que estoy ingresado en el Hospital Virgen del Camino he recibido la llamada de muchos compañeros, de familiares y de la Cofradía de Pescadores”.

Es consciente de que la recuperación será bastante larga: “Estaré en los próximos días pendiente de cómo va evolucionando todo. Tengo una rotura en la pelvis izquierda, una fuerte contusión en la cadera izquierda, la piel erosionada. El costado lo tengo muy dañado y la parte izquierda de mi cuerpo no la puedo mover”.

Recuerda que “mis compañeros no me podían sacar de ese lugar. Llegó un médico y el chófer de una ambulancia y tampoco. Fueron los bomberos los que sí pudieron conseguirlo. Del Puerto de Bonanza me llevaron a la UCI del Hospital Virgen del Camino y debo estar agradecido porque podía haber muerto. Afortunadamente caí de lado pero no pude evitar el golpe en la cabeza, donde me pusieron 14 puntos”.

Es consciente de la suerte que tuvo: “ A las 1.30 horas me estaba tomando un café para empezar una nueva jornada de trabajo. Iba para mi barco pero no lo conseguí. Afortunadamente podré celebrar el día 7 de septiembre mi 48 cumpleaños. Sé que me queda un largo periodo de recuperación pero valoro que lo puedo contar”.

En esos angustiosos momentos reconoce que “me acordé de mi madre y le pedí a la Virgen del Carmen que me sacara de allí. Nunca perdí el conocimiento pero con el paso del tiempo me encontraba más agotado y adormilado. Perdí mucha sangre y el olor a gasoil era desagradable”

Destaca que “mi vida siempre ha estado ligada al mar como la de mi familia, muy marinera. Formamos parte de una profesión muy peligrosa y en estos momentos es cuando se palpa el compañerismo que existe entre los marineros”.

El barco donde tuvo lugar el fatal desenlace tiene el nombre de Juan y Dolores, habiéndose comunicado que se encontraba en reparación. Además de los bomberos y del 061 también intervino la Guardia Civil. Un suceso que pudo haber tenido fatales desenlaces y aunque la persona accidentada presenta graves heridas ya ha quedado estabilizada a la espera de iniciar una larga rehabitación.

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