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Bares y Semana Santa: la búsqueda de un equilibrio entre fervor y economía

El sector hostelero en Andalucía se prepara para la Semana Santa, temporada alta pero también completas de restricciones municipales

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  • Bares y Semana Santa. -

El sector hostelero en Andalucía se prepara para la Semana Santa, que dentro de un mes llenará de gente las calles de las ciudades para ver las procesiones, unas jornadas en las que aumentan considerablemente las ventas en hostelería, en unos establecimientos que conviven con normativas municipales que en algunos casos limitan su actividad.

En Sevilla existen restricciones para la hostelería desde 2018, un año después del último episodio de altercados durante la Madrugá, con estampidas que se sucedieron durante la noche y que dejaron decenas de heridos de distinta consideración.

Es por ello que el Ayuntamiento de la capital hispalense, que vio en el consumo de alcohol y el botellón el principal motivo de estos episodios, adoptó una serie de medidas, la más significativa la de la 'ley seca' durante la Madrugá, decretando el cierre de establecimientos de ocio y restauración a la 1:00.

Para 2023, hosteleros y Consistorio han acordado flexibilizar esas restricciones para la Madrugá, abriendo el abanico de establecimientos que puedan dar servicio y aumentando el horario de apertura del resto.

Los hosteleros de Málaga, por su parte, han mantenido ya los primeros encuentros con representantes del ayuntamiento para estudiar el recorrido de las cofradías de Semana Santa y las posibles variaciones respecto a años anteriores al objeto de determinar la afectación a las terrazas de los establecimientos, proceso aún en curso.

Fuentes de los hosteleros han explicado a EFE que tratan de alcanzar un acuerdo para facilitar esta celebración religiosa sin perjudicar más de lo necesario a bares y restaurantes, de forma que se reduzca razonablemente la antelación de la retirada de terrazas por el paso de procesiones en cada lugar aplicando "el sentido común".

Desde la Asociación de Hosteleros de Málaga (Mahos) han expresado su intención de colaborar al máximo en este aspecto con el consistorio, que a su vez trabaja con la Agrupación de Cofradías de Semana Santa, y desean que el perjuicio sea "el mínimo imprescindible", al tiempo que entienden que la Semana Santa beneficia a la ciudad.

Recuerdan que el pasado año conocieron la afectación con poca antelación para tratar el asunto, entienden que este año no habrá muchos cambios y si los hay serán menores tras la importante modificación de los últimos años y explican que suelen organizar una ruta por el itinerario cofrade para comprobar dónde debe despejarse el espacio.

En Córdoba, y durante toda la Semana Santa, el ayuntamiento "suspende" automáticamente la licencia para veladores y terrazas para todas las calles en la que esté previsto el tránsito de procesiones con el objetivo de "garantizar la seguridad" y de "interés general".

Se trata de una medida idéntica a la del año pasado, según fuentes municipales, que explican que es obligatorio la "retirada de veladores y demás mobiliario de terrazas que puedan obstaculizar los recorridos de los pasos procesionales" por las distintas calles y zonas de influencia de los itinerarios de las cofradías y hermandades.

Además, la licencia "recobrará su eficacia" en cuanto finalice la Semana Santa, una medida que los hosteleros de la capital cordobesa aceptan con reservas pero que no ha generado polémica, ni contestación por parte de los empresarios, que ya se preparan para una de las semanas más importantes de la año en cuanto a facturación.

En Granada, y sin un protocolo que defina la relación entre los hosteleros y la Federación de Cofradías, la tradición marca la simbiosis entre ambos durante la Semana Santa y hace que los establecimientos sirvan "con mesura" o a media luz al paso del Cristo del Silencio o San Agustín y se adapten así a cada hermandad.

El secretario de la Federación de Hostelería de Granada, Antonio García, ha explicado a EFE que han celebrado la primera reunión en la historia a tres bandas con el Ayuntamiento de la capital y las hermandades para "estrechar lazos" que podrían conducir a un futuro acuerdo, y ha recordado que colaboran con las cofradías “apagando luces o guardando el silencio posible ante un paso, porque engrandecen la ciudad como destino".

Hasta que llegue ese posible protocolo, cada hermandad se encarga de visitar los establecimientos que coinciden con su corrido procesional para pedir que se desplace una mesa, se suba un toldo o se modifique una terraza, aunque la decisión de cada propietario es libre, lo que convierte a unos en ayuda y a otros en penitencia.

Una relación simbiótica la de las cofradías y el gremio hostelero, necesaria para ambos pero a su vez difícil de gestionar, con la búsqueda de un equilibrio entre el fervor de las procesiones y el desarrollo de la economía local.

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