Arturo Montes, primer patrón con discapacidad en la Copa del Rey MAPFE de vela

Publicado: 03/08/2023
"Espero que mi ejemplo sirva para que la gente lo intente"
Polifacético y afable, Arturo Montes (Sevilla, 1972) esquiva día a día los obstáculos que se le presentan, incluido un grave accidente en 2011 que le condenó a la amputación de su pierna izquierda, para seguir marcando hitos. Esta misma semana, el que fuera regatista paralímpico en los Juegos de Río 2016 se convirtió, a bordo del 'Ybarra-Befesa', en el primer patrón con discapacidad en competir en la Copa del Rey MAPFRE de vela, una competición que ya ganó en dos ocasiones y en la que espera volver a hacer historia.

Jugador del Real Ciencias Rugby Club sevillano durante 16 años -con el que conquistó dos ligas y tres Copas del Rey-, pocos deportes se han resistido al andaluz. Su idilio con el mar le viene de familia, muy ligada desde siempre a la vela. "Desde chico, mi padre siempre nos ha inculcado el tema de navegar. Empezamos en Optimist, pasamos a Snipe y seguimos hasta llegar a la vela pesada, al crucero. Toda la familia ha estado muy unida en el agua, en verano, haciendo deporte, y eso ha llevado a que las siguientes generaciones estén con nosotros", explica a Europa Press.

Esa unión quedó muy patente en su primer gran éxito náutico, en la Copa del Rey de 1998, donde el crucero first 40.7 'Estrella Damm', armado por su padre Ignacio y con sus hermanos también a bordo, ofreció la gran sorpresa de la edición al hacerse con el título absoluto. "Fue una victoria muy inesperada, una experiencia buenísima que nunca olvidaremos", recuerda.

"Era el segundo o el tercer año que participábamos en la Copa y se fueron dando casualidades que nos convenían. Regateamos muy bien y nos encontramos el último día en condiciones de ganar la Copa absoluta. Al principio no nos lo creíamos, pero los dos últimos días nos lo tuvimos que creer para conseguirla. Estamos muy orgullosos y es un recuerdo inolvidable", continúa. 20 años después, de nuevo en el 'Estrella Damm' patroneado por el olímpico Luis Martínez Doreste, repitió triunfo copero en 2018.

Ya retirado del rugby, Montes se dedicó a la gestión de la red de concesionarios familiar, pero el curso de su vida sufrió un golpe de timón en agosto de 2011, durante las vacaciones; navegando con el 'Apache XII' por la isla de Culatra, en el Algarve portugués, y durante un baño cerca del embarcadero, una lancha le pasó por encima y le causó gravísimas heridas en las piernas y el estómago que le obligaron a ser trasladado en helicóptero al hospital.

Montes estuvo un mes en coma inducido y las heridas provocadas por la hélice de la embarcación obligaron a la amputación de su pierna izquierda, un traumático hecho que "lo cambió todo". "Pero poco a poco fui haciéndome un poquito más con la nueva situación. El deporte era algo en lo que me quería volcar; empecé jugando al tenis, nadando, teniendo algo de contacto con el agua", señala.

Tras una dura recuperación, el deporte centró su vida y el pádel, el tenis y, sobre todo, la vela adaptada pasaron a ocupar sus horas. Año y medio después del accidente, el sevillano ya estaba compitiendo en el agua, y un sueño emergió en el horizonte: participar en unos Juegos Paralímpicos. "Me planteé el objetivo de ir a los Juegos de Río en vela. Poco a poco fuimos trabajando y al final lo conseguimos", apunta. Allí fue noveno, rozando el diploma.

La desaparición de la vela del programa paralímpico en Tokyo 2020 le impidió luchar por repetir presencia, pero su cabeza ya había empezado a trabajar en otros objetivos. El principal, convertirse en uno de los mejores tenistas en silla de España.

"El tenis me mantiene físicamente, porque me exige mucho. Estoy arriba, peleándome con los de mi edad, quinto de España en el absoluto. Además, organizo torneos, como el Campeonato de España en Pineda, que va a celebrar su segunda edición. Tengo algunos objetivos que cumplir, cuando se acabe la Copa me centraré en ello", expone.

"LA VELA ES UN DEPORTE INTEGRADOR"

Antes, vuelca sus esfuerzos en la Copa del Rey MAPFRE, donde actualmente, a bordo del 'Ybarra-Befesa' y liderando una tripulación entre la que se encuentran su hermano Paco, su mujer Conchita y su hijo Alfonso, marcha segundo en la clase Majorica ORC4. "Hoy entramos en la fase final, donde se vuelven a igualar las distancias entre las flotas. Vamos segundos, muy cerca de los primeros, y también tenemos muy cerca al tercero. Hoy cambian las condiciones de viento, con lo cual tendremos que ver cómo se acopla la flota y nosotros también. Tenemos que ser bastante precavidos y navegar con mucha seguridad", relata.

El lunes, cuando se celebraron las primeras mangas, ya centró las miradas al convertirse en el primer patrón con discapacidad de la historia de la competición. "Es un orgullo poder representar a personas con discapacidad, a los que les cuesta más llegar a estas situaciones. Creo que si mi ejemplo sirve de algo para que la gente lo intente, para que cada uno llegue a donde se plantee, es perfecto", subraya.

En este sentido, considera que "no hay que ponerse límites, pero tampoco objetivos extraordinarios que no se puedan cumplir". "Hay que ir poco a poco, buscando las adaptaciones para poder ir a gusto y competir. En mi caso, estoy compitiendo con mi familia a un gran nivel, tengo una suerte increíble. Hay muchas personas que buscan excusas y dejar de hacer cosas que seguramente les vienen mejor", explica.

Para poder navegar en Palma, la embarcación de Montes ha tenido que realizar algunos cambios. "En mi caso, la principal adaptación son los cojines, porque de lado a lado siempre tengo que estar sentado, cuando la posición del patrón es de pie. Cuando me desplazo de un lado al otro, le tengo que pedir a un compañero que me agarre la caña; yo tengo un cabo guía con el que me paso de un lado al otro, y una vez que alcanzo la otra posición vuelvo a coger la caña. Con olas es mucho más incómodo, porque además de la inclinación tienes el cabeceo del barco, que hace necesario que una mano la use para agarrarme, y solo puedo llevar la caña con una mano", indica.

Sin embargo, el hecho de que la vela sea "uno de los deportes más inclusivos" le permite poder compartir momentos como estos con familia y amigos. "En una embarcación pueden regatear personas con discapacidad, hombres, mujeres, niños, personas mayores... Es un deporte que integra mucho. Fue una pena que quitasen el deporte de los Juegos Paralímpicos, porque ahí sí que se notaba que, aunque fuese individual, cualquier persona con discapacidad, hombre o mujer, podía competir al máximo nivel. Eso se da en pocas situaciones. Además, en el mismo campo de regatas, en el mismo medio... La vela adaptada y la vela no tienen casi ninguna diferencia", afirma.

El tenis en silla ocupará su mente en los próximos meses, aunque no renuncia a otros sueños. "Si volviese la vela a los Juegos Olímpicos y tuviera el tiempo y la concentración para poder hacerlo, me encantaría. Es muy difícil, porque hay que montar un equipo grande, aunque parezca mentira, y necesitas gente muy buena alrededor. Yo tuve la suerte de tener a Nacho Zalvide todo el día conmigo, y eso me llevó en volandas; un buen entrenador es fundamental", concluye.

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