La lesión de Chidera Ejuke fue un varapalo para el Sevilla Fútbol Club. El nigeriano atravesaba el mejor momento de forma desde que llegó a la capital hispalense y sintió un pinchazo durante una carrera en Montjuïc que terminó siendo peor de lo que en un principio esperaban los servicios médicos del club.
Al realizar las pruebas médicas se comprobó que el futbolista sufría una lesión de alto grado en los isquiotibiales del muslo izquierdo, que lo va a tener fuera de los terrenos de juego, como mínimo, hasta el mes de enero. Pese a que todo parecía indicar que tendría que pasar por quirófano, este jueves ha saltado la noticia de que no será así.
Tal y como ha informado José Manuel Rodríguez en Relevo, Chidera Ejuke evita, de momento, operarse. El extremo está siguiendo un tratamiento conservador que le permita regresar cuanto antes a los terrenos de juego. Esta decisión es, sin embargo, un arma de doble filo, ya que el riesgo de recaída es mayor si continúa este camino.
Para el Sevilla, y especialmente para García Pimienta, el regreso de Ejuke se antoja vital. El extremo estaba siendo, junto a Dodi Lukebakio, el mejor jugador de un equipo que lo echa en falta, más aún cuando su sustituto también ha caído lesionado.
El sevillismo mira de reojo el calendario, deseoso de que llegue el mes de enero y el nigeriano vuelta a enfundarse la elástica blanquirroja. Pese a que su llegada generó desconfianza por ser a coste cero y de una liga menor, Ejuke ha cumplido con creces y su ausencia se está haciendo larga.