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Sevilla

Las 365 formas de ver la Giralda

El número 7 de la plaza de Doña Elvira alberga un museo dedicado a las pinturas de Amalio García del Moral desde hace cuatro años

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La casa y estudio del poeta y pintor Amalio García del Moral, actualmente convertida en museo y sede de la Fundación que lleva su nombre, acoge desde el 12 de enero la exposición “Las Giraldas de Amalio”. La colección de 365 pinturas tiene en común la presencia de la Giralda en cada una de ellas.
Amalio, apasionado de las artes desde que tenía apenas 15 años en su Granada natal, se instaló años después en Sevilla, donde quedó prendado de la "belleza y majestuosidad de la Giralda" hasta el día de su muerte en 1995. Esta pasión por el campanario de la Catedral de Sevilla hizo que Amalio la pintara en cientos de sus cuadros, aunque en algunos de ellos no fuera la protagonista e incluso sea difícil encontrarla en bodegones, retratos o interiores. Tal fue su pasión por la Giralda que, además de pintarla 365 veces, hizo una tesis doctoral sobre la misma y le dedicó un libro de cuentos y leyendas. 

El Museo Pintor Amalio, dirigido por María José García del Moral, su hija, alberga en sus salas numerosas obras -pinturas en su mayoría, aunque también esculturas y grabados- con las que se busca "acercar el arte al resto de la sociedad" según apunta Manuel Caballero, gerente y yerno del pintor andaluz. Gran parte de las creaciones de Amalio tienen un trasfondo, un mensaje oculto sobre crítica social o reivindicaciones políticas. 

Actividades


Aunque Amalio falleció hace ya 22 años, "su obra sigue viva y él sigue vivo en su obra" gracias al museo. Para acercar los sentimientos que Amalio plasmó en sus numerosas obras a los visitantes, se llevan a cabo diferentes actividades dinámicas en grupos reducidos. 

Se busca que el público obtenga una experiencia sensorial y para ello realizan una visita a ciegas. Existen obras en relieve y esculturas denominadas como "tactopinturas" que los visitantes pueden palpar para imaginárselas. Además, gracias a la música -como el himno de Andalucía- o los olores –a incienso por ejemplo-, se consigue que el grupo se ubique dentro del cuadro y que perciban los sentimientos del propio Amalio cuando realizaba sus obras. Una vez captadas las sensaciones gracias a los demás sentidos, los visitantes se quitan las vendas y experimentan una interpretación de las obras "totalmente diferente que si únicamente las percibiesen a través de la vista".

Otras de sus actividades alternativas son las rutas en inglés. Manuel Caballero, doctor en filología inglesa y gerente del museo, adecúa el nivel de las visitas según los conocimientos de la lengua que posea el grupo. Posteriormente se producen mesas redondas o charlas en las que los visitantes pueden participar activamente en inglés.

En el taller de expresión plástica, los turistas pueden ponerse en la piel de Amalio y pintar las vistas a la Giralda desde la azotea de la casa-museo. De forma puntual y para grupos de 18-20 personas, las salas se abren para la realización de microteatros, conciertos, recitales de poesía o a modo de galería recogiendo obras de otros pintores. 

A través de estas actividades acuden al museo todo tipo de personas interesadas en el arte en general, ya que "se tocan todos los palos" destaca Caballero. Se mezclan diferentes tipos de disciplinas y "se busca sobre todo la interacción con el visitante, mostrar el lado romántico del arte".

Gracias a los talleres, el Museo Pintor Amalio ha mejorado en los últimos años alcanzando una media de 100 visitantes al día que colaboran voluntariamente con un donativo puesto que la entrada es gratuita.

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