La Fiscalía solicita siete años y medio de cárcel para un joven al que acusa de intentar matar a otro en dos ocasiones, ambas el día de Navidad de 2019 en Sevilla, si bien no lo logró porque el agredido huyó primero hacia una discoteca cercana y minutos después un portero frustró su segundo ataque.


La Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Sevilla será la encargada de juzgar a C.F.M., para quien el Ministerio Público, además de la pena de prisión, pide la prohibición de aproximarse o comunicarse con la víctima durante diez años, todo por un delito de homicidio en grado de tentativa

En su escrito de calificación, al que ha tenido acceso Efe, el fiscal relata que el procesado y el otro joven, ambos de 29 años, ya tuvieron un "enfrentamiento importante" en la puerta de un salón de juegos tres días antes de los hechos, que ocurrieron en la mañana del 25 de diciembre de 2019.

Sobre las 7.10 horas de este último día, el acusado estaba junto a un grupo de amigos en las inmediaciones de un pub en la calle Betis, en el barrio de Triana, del que dos minutos después salió la víctima.

El encausado se dirigió entonces a él, empezó a agredirlo y "con la intención de acabar con su vida", según el fiscal, le clavó "con fuerza" un objeto punzante en el costado y acto seguido le dio un fuerte golpe en la cabeza con la parte roma del mismo instrumento, que no ha sido hallado.

El agredido logró separarse del agresor, según prosigue la acusación pública, y se dirigió a donde estaba el personal de seguridad de una discoteca cercana, pero C.F.M., "sin cejar en el propósito de dar muerte" al joven, lo siguió y rodeó la multitud que se había agolpado en el lugar.

Entonces intentó "acometerlo" de nuevo y se lo impidió uno de los porteros de la discoteca, por lo que se marchó a la fuga.

Como consecuencia de estos hechos, la víctima sufrió un traumatismo craneoencefálico, otro penetrante en el abdomen, una laceración y una fractura del arco costal, esta última lesión producto de la penetración del arma en esa zona del cuerpo.

Según el forense, el arma siguió un trayecto descendente y provocó una hemorragia leve en el peritoneo y una herida en el bazo.

El joven necesitó ser ingresado en el hospital y tardó cuarenta días en curarse.

El presunto agresor estuvo en prisión provisional por estos hechos entre el 27 de diciembre de 2019 y el 23 de abril de 2020.