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La Audiencia condena a un extrabajador de Montesinos por abusar de un menor en casa del modisto

Junto a la pena de prisión, el tribunal le ha impuuesto 500 metros de alejamiento respecto de la víctima durante cinco años y medio, y libertad vigilada durante el mismo periodo. También ha fijado una indemnización para la víctima de 6.150 euros por las lesiones y los daños morales ocasionados

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La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un hombre, extrabajador del modisto valenciano Francis Montesinos, a la pena de cuatro años y medio de prisión por abusar de un menor de 13 en su vivienda, ubicada en la localidad valenciana de Llíria, en junio de 2013. El condenado defendió en el juicio que fue el menor el que de madrugada empezó a tocarle cuando los dos estaban durmiendo en la misma cama.

   Junto a la pena de prisión, el tribunal le ha impuuesto 500 metros de alejamiento respecto de la víctima durante cinco años y medio, y libertad vigilada durante el mismo periodo. También ha fijado una indemnización para la víctima de 6.150 euros por las lesiones y los daños morales ocasionados.

   La Fiscalía pedía para el hombre, que en la actualidad se encuentra en la cárcel, la pena de 11 años, 11 meses y 29 días de prisión e inhabilitación absoluta por un delito de violación en grado de tentativa y una falta de lesiones. Finalmente, el tribunal le ha condenado a cuatro años y medio de cárcel.

   Los hechos se remontan al 25 de junio de 2013, cuando el menor se encontraba pasando unos días en esta residencia de Montesinos. Sobre las 3 horas del día siguiente y mientras el niño estaba durmiendo, el procesado, con la intención de satisfacer sus deseos libidinosos, se dirigió al aposento donde se encontraba el pequeño y le despertó besándolo, según consta como probado en la sentencia.

   Al pedirle el menor que parase, éste, lejos de hacerle caso, le cogió de los brazos y le sujetó contra la cama, pero al final logró zafarse del ataque del procesado y pedir ayuda al propietario de la casa. El menor llegaba a temblar del miedo que tenía y el condenado le decía que no lo tuviera porque le estaba haciendo un masaje.

   Como consecuencia de la acción del acusado, el niño sufrió hematoma y lesión puntiforme y fue la madre del menor la que interpuso una denuncia el día de los hechos tras tener conocimiento de ellos.

   El tribunal estima que la narración de los hechos que hizo la víctima se sustentan en una ausencia de incredibilidad subjetiva y persistencia en la incriminación. Así, señala que la declaración del menor ha sido "absolutamente concluyente", con un relato en el que ha habido "espontaneidad y detalles" de algunas de sus respuestas y "categórico" en otras o incluso silencios, unas reacciones "que diluyen cualquier confabulación previa" y que han llevado a los miembros de la sala a considerar "sin duda alguna en absoluto" que los hechos se han producido como afirma la acusación.

   Además, se ha considerado probado que el menor presenta un estado de "nervisismo y ansiedad", que también trasladan al tribunal los padres del niño que acudieron a verlo tras la llamada del acusado para que fueran al chalé porque había ocurrido algo. En este sentido, indica que esa misma llamada del acusado revela la sucesión de "algún hecho trascendente" en su vida, al igual que las frases que él mismo pronuncia ante la víctima, el modisto Francis Montesinos y los padres del menor, diciendo que se le había "ido la mano"

   De ahí que sostenga la sala que se hace difícil de gestionar una versión exculpatoria del acusado de que fue el menor quien trató de tener contacto sexual con él, y así se desprende también de las declaraciones del modisto quien afirmó que al ver a los dos "era evidente que había abusado del menor, porque se respiraba en el ambiente, no hacía falta que se dijera nada".

DECLARACIÓN DE MONTESINOS

   Francis Montesinos manifestó durante la vista que se enteró de los sucedido a las 4, las 5 o las 6 de la madrugada, mientras dormía en su habitación, y después de que el acusado y el menor accedieran a ella "gritando y llorando, el uno con el otro como si fuera el fin del mundo". El modisto no precisó lo que ocurrió, a pesar de la insistencia de las preguntas, pero señaló: "tampoco es que me dijera qué, pero se entreveía ver lo que era", "él no me lo dijo", "algo había pasado ahí, menos normal, se veía todo", "era algo que se palpaba".

   El diseñador destacó que tiró a su exempleado de su habitación y de su casa, y que se quedó con el menor hasta que se calmó y se durmió. Consideraba que el acusado "asumió" que había hecho algo malo porque "era innegable que había pasado".

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