El Papa Francisco ha indicado que la Iglesia católica está dispuesta a celebrar la Semana Santa en una "fecha fija" que podría ser la segunda semana de abril, coincidiendo el día de Pascua con el segundo domingo de este mes.
"Desde el beato Pablo VI, se está buscando la unidad de la fecha de la Pascua, lo más definitivo va a tener que ser una fecha fija, que sé yo, supongamos el segundo domingo de abril", apuntó el Papa Francisco el pasado 12 de junio durante el II Retiro de Sacerdotes en la Basílica de San Juan de Letrán.
A preguntas de los curas, el Pontífice, que dio una conferencia de más de una hora en español, aseguró que el problema de la Pascua es una cuestión que la Iglesia católica quiere solucionar "desde el beato Pablo VI". Desde entonces, según ha afirmado, se está buscando "la unidad de la fecha de Pascua".
Según precisó, lo mejor es establecer una fecha fija porque "si se sigue con la tradición clásica de los monasterios más conservadores ortodoxos --el domingo siguiente a la primera luna llena--, el Papa considera que cada año se irá avanzando unos días y unas semanas y "se corre el riesgo de acabar festejando la Pascua en agosto, de aquí a 60 años".
Por ello, ha insistido en que tienen que "ponerse de acuerdo" y ha mostrado la disposición de la Iglesia católica a "renunciar al primer solsticio después de la luna llena de marzo", una propuesta que ha motivado el aplauso de los sacerdotes, obispos y cardenales presentes.
Según ha recordado el Pontífice, Bartolomé permitió en Finlandia que los ortodoxos, que son minoría, celebren la Pascua en la fecha de los luteranos pues si no, según el Papa, es "un escándalo": "¿Cuándo resucita tu Cristo? Mi Cristo hoy, el tuyo la semana que viene".
DIFÍCIL POR PARTE DE LOS ORTODOXOS
Respecto a la intención del Papa Francisco de instaurar una fecha fija para la celebración de la Semana Santa, el presidente del Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales, Claudio María Celli, lo ve "muy difícil".
"Lo veo muy difícil, no por parte nuestra, sino más bien por las iglesias ortodoxas", ha aclarado monseñor Celli durante su visita a Bilbao este miércoles.
Según ha dicho, "las grandes iglesias ortodoxas, como el patriarcado de Moscú no son favorables", aunque "ojalá que esto fuese posible, porque sería una hermosura poder celebrar todos juntos la resurrección del señor".
No obstante, Celli ha reconocido que "la realidad ortodoxa esta dividida, incluso con tensiones profundas, y, en este momento, no será fácil".