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Torremolinos

Mil maneras de celebrar el Día de Todos los Santos

Las pastelerías de Torremolinos ofrecen en sus escaparates los dulces típicos de esta festividad, mientras que los vecinos acuden el cementerio San Miguel.

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  • Vitrina de Lepanto con dulces del Día de Todos los Santos -
  • Los ventanales de las tiendas de Torremolinos ofrecen la gastronomía clave de esta festividad mezclada con Halloween

El sol da tanto calor que no parece que sea 1 de noviembre. Los más pequeños se quitan la pintura de la cara y el disfraz con el que han dormido toda la noche después de horas de convencer a sus padres. Los adolescentes se despiertan con una resaca que también es visible en la calle con los restos de botellón. Los más mayores preparan flores y velas para ir al cementerio. La mañana del 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, es un día de cumplir con la tradición. 

Los escaparates de Torremolinos siguen teniendo restos de Halloween: calabazas, brujas y arañas decoran los ventanales. Las pastelerías también adornan sus cristaleras por estas fechas con huesos de santo y buñuelos de viento, aunque también empiezan a hacer su entrada triunfal los pestiños, más típicos de la época navideña. Halloween también se deja ver en forma de dulces, como es el caso de la conocida pastelería Polichinela. “Además de huesos de santo y los borrachuelos típicos de Málaga, hechos con cabello de ángel o batata, también ofrecemos calabazas de semifrío de mango o tumbas hechas con trufa de chocolate”, cuenta Manuel.

El paseo por las pastelerías hace una parada en Marescri. Antonio cuenta que en estos días, solo venden los tradicionales huesos de santo. “No ofrecemos buñuelos porque no trabajamos con fritos”, asegura.

Para variedad, la de la pastelería Lepanto en la céntrica calle San Miguel. Emilia coloca las bandejas de buñuelos de crema, chocolate y nata, junto a los huesos de santo y pestiños. “Ya tenemos pestiños y todavía seguimos vendiendo torrijas, que aunque sean de Semana Santa, son muy demandadas por extranjeros y locales que vienen aquí a por sus dulces”, cuenta mientras decora la vitrina del establecimiento.

La Tahona de Playamar también es símbolo de variedad en cuanto a dulces típicos de esta festividad. Juanita Martín coloca las bandejas en el mostrador a rebosar de dulces. Mientras, la gente entra y sale de este pequeño establecimiento situado a muy pocos metros de la playa. “Tenemos buñuelos con distintos rellenos, huesos de santo y pestiños. Los vamos a vender todo el fin de semana porque la gente los demanda durante muchos días, no solo para el Día los Difuntos”, cuenta Juanita.

Visita al cementerio

“Huerto parecería, si no fuese / por las losas, posadas en la hierba”. Así definió el poeta sevillano y miembro de la Generación del 27, Luis Cernuda, el cementerio San Miguel de Torremolinos. El escritor pasó unos días de descanso en el Castillo de Santa Clara en el año 1933 y se enamoró de la ciudad, enamoramiento que le inspiró para crear ‘Elegía Anticipada’, publicada en 1947 dentro de su libro ‘Como quien espera el Alba’.

En el Día de Todos los Santos, el cementerio, situado en pleno centro de la ciudad, es un no parar de entrar familias con flores y velas para honrar a sus seres queridos. Es el caso de Paqui Martín y Mª Antonia Gaspar, quienes se afanan en poner bonito el espacio dedicado a su padre y marido, respectivamente. “Todos los años me llama muchísimo la atención la cantidad de extranjeros que entran a ver el cementerio porque la verdad que en días como hoy, lo tenemos muy bonito”, cuenta orgullosa Paqui.

La puerta se llena de vendedores de flores, que recomiendan las que más tiempo duran y aquellas con mejor olor y color para que sus seres las tumbas de sus seres queridos estén más vistosas y cuidadas.
En el interior conversan familias de Torremolinos y algunos extranjeros que tienen aquí enterrados a algunos de sus familiares. El ambiente es alegre y también las conversaciones, aunque siempre tienen un fondo de recuerdo para aquel que se fue. “A él le hubiese gustado que...”, es una de las frases más escuchadas en el patio del camposanto.

Torremolinos apuesta por la celebración de Halloween con fiestas de disfraces en la plaza de La Nogalera, así como un pasaje de terror y música en directo. Las celebraciones comenzaron el pasado 28 de octubre con una gymkana en el Jardín Botánico Molino de Inca.

Los más pequeños todavía no entienden de costumbres como la del 1 de noviembre. Algunos pasean por Torremolinos con una sonrisa en la cara porque hace muy buen tiempo y no hay responsabilidades que atender. Los extranjeros se preguntan por qué las tiendas y los supermercados no abren y no logran entender el sentimiento que hay detrás de esta celebración. Otros se recuperan de la noche más terrorífica del año y también están los que se quedarán en casa, con la familia, disfrutando de unos dulces y recordando a los seres queridos que ya se marcharon. Distintas formas de celebrar el Día de Todos los Santos.

 

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