Reunidas varias personas que vienen trabajando en distintos sectores, tanto de las administraciones públicas como de los movimientos asociativos, que se relacionan con el fenómeno de las adicciones, manifestaron una serie de consideraciones sobre la situación actual en la que estas adicciones se manifiestan en la población algecireña y posibles acciones que permitan darles respuestas para eliminarlas. Las personas allí reunidas confirmaban una de las enormes potencialidades que esta tierra tiene, tanto por su trayectoria profesional y su disponibilidad a participar al encuentro fuera de sus jornadas laborales y sin contraprestación, ni dieta alguna, así lo confirmaban. La dinámica del encuentro que se preveía de dos horas y terminó algo más de pasadas ampliamente la tercera, se desarrolló en tres grupos que abordaron aspectos judiciales-policiales, educativos y de salud, tanto física como psíquica. En cada grupo se reflejaron los aspectos Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades. El equipo coordinador de esta iniciativa, que se enmarca en el proyecto de prevención de adicciones en centros educativos promovido por Márgenes y Vínculos, recibió las conclusiones por escrito y se encargará de elaborar el informe correspondiente. En la puesta en común las personas asistentes fueron manifestando las conclusiones de cada grupo. Y, ¡oh sorpresa!, fueron coincidiendo unas tras otras. Se evidenció que los fenómenos observados desde distintos escenarios laborales, y sin comunicación previa, venían a coincidir casi milimétricamente. Se presentaron propuestas para un eficaz abordaje del problema, que cada año aumenta en intensidad y diversidad, ya que a las adicciones “clásicas” drogas ilegales, o legales como tabaco y alcohol, se suman las que se desarrollan mediante internet y redes sociales asociadas. La pornografía, el ciberacoso, la ludopatía… han entrado con fuerza en un territorio muy difícil de acotar, prevenir y perseguir llegado el caso. La impunidad que provoca el anonimato en las redes sociales y el fácil, e incluso promovido, acceso a “sitios” nada recomendables para la infancia y la juventud, es un reto que de momento no se sabe bien cómo abordar, mientras crece el número de niñas, niños y jóvenes afectados por las adicciones. La rápida evolución de las tecnologías escapa al control estatal, ya que, si hay algo globalizado totalmente, es el ciberespacio. No parece haber concreciones sobre cómo poner coto a esta escalada, pero el consenso es total en que hay que hacerlo y pronto. Desde el Estado se aprecia un cierto interés por diagnosticar la situación. De hecho, esta es la misión del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA) que hace público su informe cada año. Curiosamente este organismo manifiesta lo siguiente: “La continuidad de este informe a lo largo de los años, y el mantenimiento de las series y de su comparabilidad son uno de los mayores activos de esta Delegación del Gobierno.” Reconociendo no obstante que “A lo largo de los años y de los cambios, todas las personas que la han dirigido han velado por preservarlo”. A criterio de todas las personas asistentes al mencionado encuentro la ESTABILIDAD de todas las personas que actúan sobre las adicciones, tanto en prevención como en tratamiento, es un factor esencial para que las respuestas sean eficientes. Conforme se expresaban las distintas conclusiones se observaba como con movimientos de cabeza afirmativos se asentía a cada una de ellas por parte de las personas asistentes. Se puso de manifiesto la imprescindible estabilidad del personal que puede prevenir la aparición de estas adicciones y llegado el caso tratarlas o corregirlas. En todas las administraciones públicas tanto de Justicia, Salud o Educación, el índice de inestabilidad de las plantillas de personal funcionario o laboral es muy, muy alta. Contradictoria forma de conducirse por parte del Estado en esta materia. Se reconoce el valor de la experiencia profesional, del conocimiento sobre las actuaciones y personas afectadas y sin embargo la inestabilidad es un denominador común de todas las administraciones. No es sólo cuestión de aumentar los recursos económicos y humanos, que también son imprescindibles, sino de fijar las plantillas del personal que previenen y atiende las adicciones -Justicia-policía-salud-educación- para que su eficiencia mejore con el tiempo en función de la acumulación de conocimiento y su preservación. Para ello todas las personas asistentes manifestaron estar de acuerdo en que esta zona geográfica de la Bahía de Algeciras se declare ZONA DE ACTUACION ESPECIAL a todos los efectos y para todos los servicios públicos, empresariado y movimientos asociativos. Ya se lleva tiempo, más de 6 años solicitando, incluso recientemente la Junta de Andalucía, al Estado la declaración de Zona de Especial Singularidad para Policía y Guardia Civil, también para personal de Prisiones. El hecho de tener en el municipio un centro de internamiento (Cárcel) en Botafuegos, es otro factor de instalación de familiares en la zona y cualquier familia y sus hijas e hijos, que tenga presas a alguna persona ya vive una situación deprivada. Las condiciones socioeconómicas de la zona con tasas de desempleo enormes vienen a añadir elementos que fomentan la búsqueda del dinero fácil, proporcionando un caldo de cultivo a la delincuencia. Las graves carencias de recursos humanos y materiales también en servicios esenciales como son la salud y educación permiten concluir la imprescindible creación de que la Bahía de Algeciras se calificada como Zona de Especialísima Singularidad para que el Estado, además de aportar muchos más recursos, dote de un Consejo Interinstitucional en la Bahía de Algeciras que coordine y desarrolle los planes integrados en una planificación coordinada de todos las instituciones públicas, empresariado y asociaciones de este territorio tan especial.
Fdo Rafael Fenoy