El Servicio de Sanidad Animal de la Junta de Andalucía ha detectado la circulación del virus en las capturas realizadas en los citados términos municipales
El Servicio de Sanidad Animal de la Junta de Andalucía ha notificado cuatro casos confirmados de équidos con el virus del Nilo Occidental (VNO) en Coín (Málaga), en Prado del Rey (Cádiz) y en Alcaracejos y Palma del Río, ambos en Córdoba.
Además, se ha detectado la circulación del virus en las capturas realizadas en los términos municipales de Almensilla, Villamanrique de la Condesa y Bollullos de la Mitación, en Sevilla, y Vejer de la Frontera y Benalup-Casas Viejas, en Cádiz, mientras que el resultado de las trampas restantes de las provincias de Sevilla, Cádiz y Córdoba ha sido negativo, según el último informe de la Dirección de Salud Pública sobre las tareas de vigilancia entomológica para la identificación del VNO en vectores, realizado entre el 25 y el 29 de septiembre, .
Por otro lado, como resultado de la integración de las vigilancias se ha recibido información de presencia de VNO por parte de la Estación Biológica de Doñana de mosquitos capturados en Carmona (Sevilla), ha informado la Consejería de Salud en un comunicado.
En general, las densidades poblacionales de hembras de la especie Culex perexiguus y Culex pipiens se mantienen estables respecto a la última semana o bajan ligeramente en la mayoría de los municipios. Todos los municipios se engloban en los Grados I o II, excepto Villamanrique de la Condesa (IV).
Las delegaciones territoriales de Salud y Consumo de las provincias donde se ha detectado circulación de virus han comunicado a los responsables municipales las actuaciones de salud pública que deben adoptar según lo previsto en el programa de vigilancia y control integral de vectores transmisores de VNO en Andalucía para reducir de forma relevante las probabilidades de transmisión a la población.
La Consejería de Salud se insiste en la necesidad de que la población mantenga las medidas preventivas para evitar picaduras de mosquitos en las horas de mayor actividad de las especies transmisoras de esta enfermedad (las cercanas al amanecer y posteriores al atardecer), tanto individuales –uso de repelentes registrados de uso tópico y ropa clara y que cubra la mayor parte de la piel–, como domésticas –uso de mosquiteras, evitación de aguas estancadas o repelentes ambientales– sobre todo para la población vulnerable.