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La escritura perpetua

El metepatas

Leo Rivera es un consumado actor de comedia y muda la piel según el personaje que interpreta. Ahora, en ‘La piel fina’, encarna a un director cinematográfico

Publicado: 14/10/2024 ·
18:43
· Actualizado: 14/10/2024 · 18:43
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  • 'La piel fina'.
Autor

Luis Eduardo Siles

Luis Eduardo Siles es periodista y escritor. Exdirector de informativos de Cadena Ser en Huelva y Odiel Información. Autor de 4 libros.

La escritura perpetua

Es un homenaje a la pasión por escribir. A través de temas culturales, cada artículo trata de formular una lectura de la vida y la política

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Leo Rivera es un consumado actor de comedia y muda la piel según el personaje que interpreta. En ‘El secuestro’, obra estrenada en junio, era un sindicalista brutote y de escaso recorrido intelectual e ideológico, que venía dolorido tras recibir el impacto de una bola de goma en sálvese la parte durante una manifestación. Ahora, en ‘La piel fina’, que se ha estrenado en el madrileño Teatro Pavón, encarna a un director cinematográfico algo chulillo y engreído, moderadamente mujeriego, tierno en el fondo, que se empeña en decir la verdad pese a la tormenta que tal decisión provoca entre sus amigos. ‘La piel fina’ no es una comedia dicharachera ni de comida rápida, sino una obra bien construida, con solidez argumental, que circula acertadamente por el carril del humor y de las contradicciones del ser humano, y que viene a decir que la vida puede ser tan placentera como cruel. Una obra que transita abiertamente por la problemática de ser padres. Pieza de perfil discretamente feroz, con ciertos rasgos de la atmósfera de las obras de Yasmina Reza, la dramaturga francesa que ha establecido el libro de estilo de la comedia actual. Tiene también algún eco de la extraordinaria película ‘El nombre’, pero ‘La piel fina’, hay que decirlo, posee personalidad propia, un estilo suyo, y plantea de entrada una cuestión: “¿Hay que decir siempre la verdad?”. Nacho y Miranda acuden a conocer el bebé de Eloy y Sonia, y Nacho (Leo Rivera) considera que el crío es feísimo. “Es el bebé más horrible de la historia (…) nueve meses esperando y sale esto”, le cuchichea a su nueva novia, Miranda (Ángela Chica), una joven que habla un delicioso andaluz de Jaén.

‘La piel fina’ gira, sobre todo, en torno a la amistad. Pero la tensión que se instala por la afirmación de la fealdad del bebé hace que salten por los aires las convenciones, cualquier simulación, y los personajes se topan en medio de la discusión con todas sus contradicciones, en las aspereza de sus vidas, porque son hijos de un dios menor. Afirmará Sonia, madre del crío: “Dicen que es clavadito a mi”. Replica Nacho, metepatas: “Qué va tía, tú eres guapa”. Y se desata el drama inherente a toda comedia mientras el público ríe. ¿La verdad? “La verdad incomoda y duele”, afirma un personaje. Otro: “Hay cosas que es mejor no decir”. Efectivamente, a veces resulta mejor apostar por el título de aquella excelente obra de Florian Zeller: ‘La mentira’. Para evitar conflictos.

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