Los más afectados son los que viven en el primer piso, cuyos balcones y ventanas coinciden con las copas de estos naranjos, así como los de los bajos. Así los explica una de las vecinas, María dolores Brihuega, que indica que han dado parte de la situación en reiteradas ocasiones, pero que “se limitan a cortar unas ramitas para que no entren en los balcones” o, como hicieron unas semanas, pintar el tronco de algunos de estos árboles “a los que están sometiendo a un tratamiento, según nos dijeron los operarios de medio ambiente”.
La cuestión es que, les han dicho que estos naranjos (hay una veintena en unos 100 metros), están afectados por mangla (polvillo en las hojas) y tuta como una especie de mosquito), dos plagas agresivas con la vegetación. Ambas afectan directamente a estos vecinos: “Con viento o cuando un camión pasa y toca las ramas, el polvillo y los mosquitos entran en la casa”, siendo algo incómodo sin tener necesidad de ello, algo que se agrava aún más en el caso de algunos vecinos, como María Dolores, que tiene “certificados médicos por alergia y asma”. Además, “están también junto al colegio y nos consta que también se han quejado”. Por ello, plantean como solución “que los curen en condiciones o que los quiten”.