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Este año se presenta como crucial para Mariano Rajoy

Mariano Rajoy comienza 2009 con un pie en el optimismo y con el otro en la cautela, ilusionado ante el que puede ser su año y temeroso de que acabe en un fracaso, y todo por las tres próximas citas electorales, pues en el PP muchos saben que si el balance es pobre, el líder podría caer en un pozo.

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  • El líder del PP, optimista y cauteloso
  • En el PP saben que si el balance es pobre, el líder del partido, Rajoy, podría caer en un pozo
  • Cree que para ganar hay que conseguir el voto de los que antes no votaron nunca a la formación
Mariano Rajoy comienza 2009 con un pie en el optimismo y con el otro en la cautela, ilusionado ante el que puede ser su año y temeroso de que acabe en un fracaso, y todo por las tres próximas citas electorales, pues en el PP muchos saben que si el balance es pobre, el líder podría caer en un pozo. 

En ese conflicto de estados de ánimo vivirá el presidente de los populares hasta el resultado de las elecciones europeas, han señalado a Efe dirigentes y diputados del partido que prefieren el anonimato. 

Dirigentes y parlamentarios que en su cabeza manejan varias hipótesis y un sinfín de condicionales, y al menos una conclusión clara: cuando acabe junio, Rajoy será un barco a ritmo de crucero o un globo deshinchado. 

Tras el congreso nacional de Valencia, el presidente del PP decidió dar la vuelta a la estrategia política del partido bajo una premisa que resume un miembro de la dirección: “En estos tiempos, para que ganemos unas generales, tiene que conseguir que le vote gente que nunca antes lo ha hecho, y eso supone moderar el discurso, recurrir a la prudencia, que son valores que la sociedad ve muy bien”. 

Un diputado bien posicionado en Génova corrobora que la diferencia que puso por medio el PSOE en las generales sólo puede menguar si el PP se instala en la moderación, aunque sin desdibujar sus principios. 

Con esa actitud, y con el llamado sector crítico dudando entre afilar las garras o acomodarse en la tregua, el PP se enfrenta a las elecciones gallegas, vascas (ambas el 1 de marzo) y a las europeas. 

La mayoría del partido aguarda con ilusión estos tres desafíos pues cree que el partido avanza por el buen camino, y arrincona las encuestas que apuntan al deterioro de la imagen de Rajoy porque el desgaste, gracias a la crisis económica, que será más palmaria en 2009, mermará sobre todo las aspiraciones del PSOE. 

Un diputado más escéptico supedita el triunfo o fracaso de los envites electorales al margen de victoria en las europeas: bajo la certeza de que el PP ganará, explica que si la diferencia es exigua, Rajoy tendrá muchos problemas, pero si es amplia, el que los tendrá será Zapatero. 

En resumen, los tres escenarios, aún borrosos, que maneja el PP son las elecciones en Galicia, en el País Vasco y al Parlamento Europeo y en ellos se decidirán buena parte del futuro de Rajoy en el Partido Popular.

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