Es un cambio de tendencia que, según explican los autores del estudio "Verano: es tiempo de helado. ¿Artesanal o industrial?", publicado por el Instituto del Helado Italiano, afecta principalmente a los colectivos de jóvenes, más concretamente a los chicos y chicas que tienen entre 15 y 34 años.
Sobre todo, precisa el estudio, porque ellos perciben el consumo de este tipo de helados como “un rito metropolitano”, símbolo urbano de modernidad y de “movida ciudadana”.
Pero los jóvenes no son los únicos que se han dejado seducir por helados tan internacionales como el Magnum o el Cornetto, ya que el 40 por ciento de los italianos que salen a tomar un helado fuera de casa, es decir, unos 6,5 millones de personas, no quiere renunciar a uno de estos polos.
Las madres italianas también se han sumado a esta nueva moda y, desde hace algunos años, además de recurrir a los tradicionales helados artesanales para refrescar a sus hijos en verano han depositado su confianza en los industriales.
De hecho, para algunas de ellas últimamente han cambiado las tornas, ya que el 37 por ciento cree que los productos confeccionados industrialmente tienen menos calorías que los fabricados artesanalmente, algo que corrobora la pediatra nutricionista italiana Claudia Maffeis.