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Analistas de la indumentaria

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Las noticias en torno a personajes públicos están, en ocasiones, más cerca de formar parte de las páginas de cualquier “revista del corazón” que de una comunicación con un contenido político concreto. Pero, detrás de lo que pueda parecer una noticia simple, se esconde todo un mundo de intenciones. Me llamó la atención, por ejemplo, leer en un periódico de tirada provincial, que el alcalde de Cádiz, José María González, había ido de compras para adquirir una corbata. La noticia, ya digo, no es del todo simplona ni inocente. Dado el atuendo que suele mostrar el mencionado personaje público, la prensa ha pretendido ( deduzco de su lectura) que “Kichi”, cómo se le conoce al alcalde de la capital de la provincia, está sufriendo una transformación en su forma de vestir, lo que lleva, ¿inequívocamente?, a un cambio en su pensamiento político. No es extraño este juego de extrapolismos de ideas entre el  vestir y el comportamiento político. Muchos caen en la simpleza de etiquetar las ideologías por la forma de vestir.

Ser de izquierdas, para estos personajes “analistas” de la política, implica vestir camiseta desenfadada, mientras que la prenda clásica de camisa y corbata es sinónimo de una ideología conservadora. Tampoco es que les falten razones para creer que es así. Pero confundir las circunstancias con los cambios de criterios políticos  rebajan las calidades de sus análisis. “El hábito no hace al monje”, ya saben.

En ocasiones, casi siempre, los personajes públicos deben cambiar su imagen habitual para poder ofrecer (“vender”) un aspecto que no cree rechazo por parte de la mayoría del electorado. El propio Pablo Iglesias admitía en una entrevista que sus asesores-compañeros le habían sugerido que se desprendiese de un  piercing que lucía en una de sus cejas. El hecho de desprenderse  del adorno no significaba una deriva ideológica, pero podía ser más rentable en términos político-comunicativo.


Un hecho destacado  en la intencionalidad ideológica es la fórmula de promesa o juramento del cargo público. Tampoco es que el uso de la formulación sea el oficial venga a decir siempre la ideología del que la utilice. Así, si eres de pensamiento republicano puedes proclamar “lealtad al rey por imperativo legal”, pero el hecho de no expresarlo así, tampoco quiere decir que seas monárquico.

La forma se juzga con demasiada premura antes que el fondo. Al menos, a ella recurren los analistas mediocres. Manuel Azaña decía que “la Política consiste en realizar, y que en eso se parece al Arte, en ser creación”. Crear no es sólo dar forma, sino buscar los mecanismos adecuados para crear el fondo. Desde luego, para llegar a “construir” hay que gobernar. Y, a  veces, para gobernar es necesario pactar. Así lo han entendido en ciudades como Cádiz, Madrid, Sevilla, Jerez de la Frontera....

Aunque siempre habrá quien se fije en la indumentaria, antes que en la labor socio-política realizada. Siempre habrá quien otee desde la altura de su observatorio ideológico y separe a los unos de los otros. Amén. Salud.

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