El presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, anunció hoy los planes de rearme del Ejército hasta finales de año, en vísperas de la reunión el lunes en Berlín con los líderes de Alemania, Angela Merkel, y Francia, François Hollande.
"Suministraremos a las Fuerzas Armadas de Ucrania cerca de 300 blindados, 400 automóviles, 30.000 cohetes y piezas de munición, un gran número de armas de fuego y demás", dijo Poroshenko al dirigirse a la tropa congregada en un aeródromo de la región de Járkov, vecina de Donetsk.
El Ejército ucraniano recibirá, entre otras cosas, nuevas lanzaderas múltiples de misiles Grad (Granizo), tanques, piezas de artillería y morteros autopropulsados, según el Ministerio de Defensa.
"Hemos recibido de nuestros socios extranjeros cerca de 500 automóviles militares y otros equipos, en el marco de la coalición creada en apoyo de Ucrania", aseguró.
Poroshenko reconoció que los acuerdos de paz de Minsk de febrero pasado permitieron a Ucrania reforzar su potencial militar y su capacidad defensiva y "reducir, aunque sea parcialmente, el evidente retraso militar con respecto a Rusia".
Adelantó que aumentará el número de profesionales en las filas del Ejército, donde serán desplegados "en zonas de alto riesgo, no lejos de la frontera con Rusia", aunque las llamadas a filas de reclutas continuarán.
"La amenaza militar del este perdurará durante décadas. Esa amenaza no se desvanecerá pronto y cada nueva generación debe tener experiencia militar", afirmó y recordó que Rusia planeaba anexionarse, "como mínimo", ocho regiones ucranianas.
Alertó de que, tras el recrudecimiento de los combates en las últimas semanas, han aumentado las posibilidades de "una escalada de las acciones militares a gran escala" en las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk.
Poroshenko tiene previsto presentar este lunes a Merkel y Hollande una serie de propuestas para evitar una escalada de la violencia en el este del país, en donde los combates dejaron hoy ocho soldados ucranianos heridos.
El Gobierno alemán tildó esta semana de "explosiva" la situación en el este de Ucrania y subrayó que los acuerdos de Minsk del 12 de febrero pasado son la única hoja de ruta viable para la paz.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, también calificó de "preocupante" la situación y admitió que, en vez de línea de separación de fuerzas, en el este de Ucrania vuelve a existir un frente.
Por su parte, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) denunció el aumento de los puntos calientes en Ucrania y acusó a ambos bandos, Gobierno y separatistas prorrusos, de violar los acuerdos de Minsk.
La OSCE ha constatado en las últimas semanas el uso por parte de las fuerzas gubernamentales y de las milicias separatistas de armamento pesado.
Ucrania y los separatistas prorrusos reanudarán este miércoles en Minsk las negociaciones para llegar a un acuerdo sobre la retirada del armamento de menos de 100 milímetros de calibre, punto crucial para evitar una guerra a gran escala.