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Sevilla

Empleados del cementerio, casi un año sin cobrar las horas extra

Reclaman al gobierno local de Sevilla que se ponga al día, o si no “se va a ver un numerito con cuerpos sin incinerar”

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  • El cementario de San Fernando -

Casi un año sin cobrar las horas extra que echaron en 2017. Diez meses esperando un ingreso en su cuenta bancaria que no llega. Así viven empleados del cementerio San Fernando de Sevilla, que aguardan desde el pasado mes de marzo a que el Ayuntamiento de la capital se ponga al día en los pagos a incineradores y porteros, las dos secciones afectadas.

En total, 19 trabajadores con alguna tarea realizada y desde la pasada primavera pendiente de cobrar, registradas al margen de sus nóminas mensuales, que sí reciben con puntualidad.

Cambios de turno

Las cantidades a percibir corresponden tanto a horas extra como a cambios de turno que se han visto obligados a atender, y por los que los trabajadores también tienen estipulada una cantidad extra.

El protocolo seguido por Recursos Humanos del consistorio establece que los pagos por estos conceptos se realizan con dos meses de retraso, algo asumido por la plantilla y que no ha supuesto controversia alguna.

Según explican los afectados, el problema surgió cuando desde el Ayuntamiento se estipuló que por cada hora extra que hicieran, así como por cada cambio de turno que se les ordenase hacer, la jefatura de servicios del cementerio debía remitir un informe justificando la decisión.

Un recurso al que, por otra parte, están obligados a acudir a menudo debido a la falta del personal necesario para atender la demanda constante de servicios que el camposanto genera actualmente.

“La plantilla es insuficiente. Es un problema de hace años. Ello obliga a los trabajadores y a sus superiores a establecer turnos cogidos con alfileres, que sufren modificaciones por lo ajustado del equipo. Por ejemplo, no disponemos de retenes, algo que llevamos demandando desde hace mucho tiempo”, confirma a Viva Sevilla Rafael Román, delegado sindical de CSIF en el Ayuntamiento.

En las últimas semanas, el director de recursos humanos del consistorio les ha trasladado un compromiso de que la administración se pondría al día en los pagos pendientes. No obstante, los afectados no se fían. “Tememos que esto se prolongue”, añade el representante sindical, que adelanta la intención de los afectados de encauzar una reclamación de cantidades por lo social si el problema no se soluciona. Y también de movilizarse. “Se puede ver un numerito, con trabajadores concentrándose ante el Ayuntamiento mientras hay cuerpos sin incinerar”.

La plantilla de incineradores la conforman tres líneas de cuatro trabajadores. Salvo uno, todos tienen cantidades pendientes de cobrar. En el caso de la portería, hay seis afectados. Con jardineros, albañiles o sepultureros, el problema es otro. “Por la falta de personal, a veces se ven obligados a acometer tareas que no les corresponden”.

El dato: 6.000 euros al día en incineraciones

Incinerar un cuerpo en el cementerio de San Fernando vale 300 euros. “Fuera, casi el doble. O más. Al día, el Ayuntamiento recauda unos 6.000 euros por ese concepto”. Al mencionar estos datos, los trabajadores del recinto tratan de hacer ver que debería ser el consistorio el primer interesado en mejorar las infraestructuras y ampliar la plantilla del cementerio, al ser éste una vía de ingresos nada despreciable.

Sólo 3 hornos de 7 y una sala de duelo de “Cuéntame”

Los agujeros en el cementerio de Sevilla no sólo están en la plantilla. Los hay, físicamente, por muchas partes del edificio y las instalaciones, “absolutamente desfasadas”, según los trabajadores del recinto, que recuerdan que se construyeron hace décadas, en tiempos en los que la población y el nivel de demanda de servicios funerarios eran muy inferiores.

De los siete hornos crematorios, detallan a Viva Sevilla, dos se hicieron “en tiempos de Monteseirín” como alcalde de la ciudad, pero que no llegaron a ponerse en marcha porque Zoido no lo hizo. De los cinco restantes, dos están habilitados para restos, así que los otros tres son los que hay para ir atendiendo a los cuerpos que van llegando.

Del resto de las instalaciones, los empleados lamentan que haya incontables deperfectos y “muchas salas cerradas, sin uso alguno, y sólo una abierta para duelos. Un habitáculo “con un mobiliario muy antiguo y sucio, que necesita reformas, que parece sacado de la serie Cuéntame”.

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