Es plausible que el Gobierno central bonifique los 20 céntimos por litro de combustible en las gasolineras; que aplique descuentos en el transporte público; que amplíe las becas a los estudiantes y otra serie de medidas para amortiguar la subida desbocada de la inflación. Es saludable que haya debate en el seno del ejecutivo nacional sobre el precio asequible que debería ofertar la gran distribución para que la mayoría de las familias puedan acceder a una cesta básica de alimentos. No estaría mal que las comunidades autónomas complementaran estas propuestas ante el daño que están sufriendo las carteras de los andaluces y españoles. Sin embargo, a ningún gobierno, ni central ni los autonómicos, les he visto intentar combatir la verdadera arma de destrucción que terminará por
hundir la economía de miles y miles de ciudadanos: el maldito Euribor.
El mayor índice hipotecario amenaza con hacer zozobrar la economía de buena parte de las más de 4 millones de familias que están pagando una media de 200 euros más de cuota mensual para satisfacer un préstamo bancario variable del que han disfrutado casi una década con tipos de interés muy baratos o incluso gratis. Las cosas han cambiado y serán pronto demoledoras las consecuencias de esta escalada irrefrenable del Euribor, que supera el 2% -siempre por delante, ¡qué listos!, de la subida de los tipos del Banco Central Europeo-.
Ante este escenario ciertamente apocalíptico, que provocará más pronto que tarde tragedias familiares y humanas dolorosas, no observo propuestas serias de las administraciones públicas para evitar impagos y desahucios a corto o medio plazo. Quizás la única iniciativa al respecto ha sido la presentada por el PSOE andaluz -también podría exigirlo al Gobierno central- para aprobar desgravaciones fiscales a las rentas de menos de 35.000 euros para amortiguar la onerosa mensualidad hipotecaria. Veremos qué respuesta ofrece el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, en la próxima semana, aunque no sé si debemos esperar mucho en esta dirección después de que destacados dirigentes populares hayan restado credibilidad a esta iniciativa socialista y hayan aprovechado para, de manera irónica, dar la bienvenida al PSOE a una supuesta bajada de impuestos que siempre preconizan los populares. Bien harían los políticos con responsabilidades, todos ellos,en darse cuenta de que el incremento del precio de la vida que estamos soportando se quedará en una broma si no se frena o amortigua urgentemente el maldito Euribor.