Así, Barack Obama y su homólogo ruso, Dimitri Medvedev, firmarán en la capital checa el nuevo acuerdo de reducción de armas estratégicas (START), que limitará a 1.550 el número de armas nucleares, a 800 el de lanzaderas y a 700 el de submarinos intercontinentales con lanzaderas de misiles, según informó este viernes la Casa Blanca.
El nuevo acuerdo START tendrá una vigencia de 10 años con opción a prórroga de otros cinco más siempre que haya acuerdo previo entre ambas partes, según informó hoy la Casa Blanca.De igual modo, la Administración Obama garantiza que este tratado no impondrá restricción alguna en los actuales planes de Washington para la construcción de sistemas de defensas anti misiles.
"EL ACUERDO MÁS IMPORTANTE EN DOS DÉCADAS"
"Desde que asumí el cargo, una de mis prioridades más importantes para la seguridad nacional ha sido abordar la amenaza que las armas nucleares suponían para el pueblo estadounidense", declaró el presidente.
La firma del "acuerdo nuclear más importante de las dos últimas décadas", según lo describió Obama, representa "un paso adelante a la hora de dejar atrás el legado del siglo XX". "Hemos convertido nuestras palabras en acciones y hemos demostrado la importancia del liderazgo americano en nuestra seguridad y en la del mundo entero", añadió.
El presidente Obama trasladó su agradecimiento a Medvedev "por su continuo liderazgo a la hora de trabajar para este acuerdo". "Ambos coincidimos en que, a través de la estrecha cooperación, servimos a los intereses de nuestros ciudadanos", aseveró el presidente estadounidense, quien extendió el mérito al equipo negociador conformado por Clinton, Gates, y el jefe del Estado Mayor, el almirante Mike Mullen.
Clinton, por su parte, expresó su confianza de que el Senado estadounidense ratificará sin más problemas el acuerdo. La secretaria de Estado mencionó que el nuevo tratado demuestra a países rodeados de polémica por sus respectivos programas nucleares, "como Irán y Corea del Norte, que una de las principales prioridades de Estados Unidos es la de mantener los materiales nucleares lejos de las manos equivocadas".
Este anuncio culmina los esfuerzos de los negociadores rusos y estadounidenses para cerrar el texto del sucesor del START I, de 1991 y vigente hasta el 5 de diciembre de 2009, durante casi un año. Tanto desde el Gobierno de Estados Unidos como desde el de Rusia llevaban días anunciando la próxima firma del pacto, un elemento crucial dentro de los esfuerzos para devolver la normalidad a las relaciones bilaterales.