Ambas bombas explotaron en la localidad de Janis, a unos 80 kilómetros al norte de Bagdad, el mismo día en que la Alta Comisión Electoral Independiente va anunciar los resultados preliminares de las elecciones legislativas del pasado 7 de marzo.
Varios centenares de partidarios del primer ministro, Al Maliki, se congregaron esta mañana ante el edificio del Gobierno provincial de Bagdad para apoyar la demanda del jefe del primer ministro de que se vuelvan a contar los votos. Los manifestantes llevaban pancartas con frases como "No, no al fraude" y "¿Dónde han ido nuestras voces?".
Todos los grandes partidos han denunciado irregularidades en la votación, pero Al Maliki y sus simpatizantes han sido más directos porque los últimos resultados que se han publicado colocan a la cabeza a nivel nacional a la alianza del ex primer ministro Iyad Allawi, que tendría unos 11.000 votos más.
Varios diplomáticos y analistas extranjeros han manifestado su inquietud por la posibilidad de que resurja la violencia si los partidos perdedores no aceptan los resultados electorales. En los últimos dos años se ha reducido mucho la violencia, pero los insurgentes suníes realizan ataques a diario.
El mayor general Qassim al Mussawi, portavoz de las autoridades responsables de la seguridad en Bagdad, había dicho que las fuerzas de seguridad no iban a imponer un toque de queda aunque estarían pendientes de cualquier incidente de cara a la publicación de los resultados. "Hemos realizado un importante despliegue de tropas en todas las zonas, puestos de control, para tranquilizar a la gente", explicó.
