Desde que en 1991 la Real Fábrica de Artillería de Sevilla cerrara definitivamente sus puertas, este magnífico edificio, testimonio singular de la evolución industrial de la ciudad a lo largo de más de cuatro siglos y centro de producción de elementos de fundición como los leones del Congreso o “el Giraldillo”, ha permanecido aislado de la ciudad y de los sevillanos, asistiendo a una lenta y paulatina decadencia.
Consciente de su valor histórico y patrimonial, que lo ha hecho merecedor de la declaración de Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento, y de su enorme potencialidad, gracias a su magnitud y a la riqueza arquitectónica de sus espacios, la Gerencia de Urbanismo de Sevilla trabaja desde 2013 en proyectos para su consolidación estructural y progresiva recuperación.
No es ésta una empresa fácil. Pese al indudable atractivo que supuso para el Ayuntamiento de Sevilla contar con un recurso patrimonial de esta importancia, tras su entrega en 2010 por el Ministerio de Defensa, sus 22.000 m2 de superficie y sus problemas de conservación han motivado la redacción y ejecución de sucesivos proyectos, estudios y medidas encaminados a la mejora de su estado, y a atajar el sucesivo deterioro que sufre, con el objetivo de que pueda albergar nuevos usos dentro de su calificación urbanística como Equipamiento Público.
Con esta intención, la Gerencia de Urbanismo llevó a cabo una primera intervención, de carácter urgente, sobre las fachadas, y calle central que discurre por el interior del edificio, cuyo coste fue de 125.000 euros. A esta actuación, le siguió un estudio patológico para analizar el estado de los espacios conocidos como Naves de la Catedral y de Carlos III, así como una siguiente intervención, calificada de nuevo como “urgente”, para la recuperación de espacios singulares y originales. Esta operación, que supuso una inversión de 335.000 euros, se extendió también a cubiertas, fachadas interiores y alcantarillado.
El pasado otoño comenzaron nuevas obras en el edificio, dirigidas esta vez a la conservación y consolidación de tres de las estancias más antiguas e imponentes del complejo, como son la Fundición Mayor, la Fundición Menor y el Taller de Herramientas. Valorados en 1.116.477 euros, los trabajos, actualmente en desarrollo, incluyen la restauración de las cubiertas de las citadas dependencias, de las 27 linternas existentes, las bóvedas y la cúpula central. Se trata de la intervención de mayor envergadura de las realizadas hasta el momento en la Fábrica de Artillería de Sevilla.
Al margen de lo realizado y lo que está en ejecución, la Gerencia de Urbanismo prevé la contratación de próximos proyectos para seguir recuperando este grandioso edificio. En concreto, están previstas nuevas actuaciones para la conservación y restauración del núcleo de escalera sur y cubierta aledaña, y para la restauración de las Naves de Carlos III.
Sin perder de vista las obras de consolidación en marcha y futuras, desde la Gerencia de Urbanismo se está trabajando conjuntamente en un Plan Estratégico que permita abordar los futuros usos que pueda acoger este inmueble, de manera especial aquéllos que puedan satisfacer algunas de las demandas del barrio de San Bernardo. No en vano, sus vastas dimensiones y el extraordinario valor de sus elementos arquitectónicos, unido a su posición estratégica en la ciudad, le confieren un valor cultural excepcional.
Junto con la preservación del edificio, definir claramente su vocación es el otro propósito determinante en estos momentos del Ayuntamiento de Sevilla, seguros de que es posible convertir a la Fábrica de Artillería en un nuevo referente cultural dentro y fuera de nuestra ciudad. Con esas expectativas y con las de que Artillería se abra más pronto que tarde a los sevillanos, seguimos trabajando, convencidos de que Sevilla merece y debe contar con uno de los conjuntos patrimoniales de mayor trascendencia en su historia.