El mes de mayo ha sido uno de los más lluviosos, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología. Varios días de alerta amarilla han dejado en la ciudad un total de 129,2 litros/m2, registrándose precipitaciones máximas de 10m3/hora del 7 al 13 de mayo.
Los diferentes canales de atención del Ayuntamiento de Sevilla (Emergencias, teléfono 010 y redes sociales) recibieron en ese período un total de 136 avisos. Ninguno de ellos -gracias a las labores preventivas de Emasesa- fueron considerados incidencias destacables.
Para que esto se haya llevado a cabo con éxito hay que hablar de al menos tres variables o factores preventivos que la empresa metropolitana de aguas de Sevilla ha gestionado de manera eficaz y que han influido en un mejor comportamiento de las instalaciones y de su servicio en los días de lluvias más intensas.
1) Mantenimiento permanente de 2.941km de red saneamiento y de más de 100.000 imbornales: El mantenimiento y limpieza permanente de la red de saneamiento de la ciudad evita de forma directa posibles inundaciones en épocas de lluvias.
Emasesa viene revisando de forma regular y periódica su sistema de drenaje y saneamiento como imbornales, arquetas, estaciones de bombeos, colectores, etcétera. Un total de 2.941 km de tuberías que conforman la red de saneamiento de Sevilla y su área metropolitana y más de 100.000 imbornales se examinan a lo largo del año. En estas actuaciones se inspeccionan y eliminan de la red de saneamiento la suciedad y residuos acumulados para que el sistema de saneamiento y drenaje urbano, como las alcantarillas y tuberías, evacúen de forma correcta el agua residual y pluvial y se eviten así posibles inundaciones y atascos.
2) Factor Humano: Al mismo tiempo, en todos estos procesos es crucial la implicación del personal de la empresa. La dedicación de la plantilla de Emasesa en los días más críticos para satisfacer la demanda extra ha permitido que las incidencias se hayan podido resolver con eficacia y a tiempo. Se han intensificado la atención a las Estaciones de Bombeo para su correcto funcionamiento, reforzándose los turnos y duplicando el número de personas operarias trabajando en la calle para poner en práctica el protocolo de actuación ante fuertes lluvias.
3) Depósitos de aguas pluviales (“Tanques de Tormentas”): Por último, es importante conocer el papel que juegan en estos casos los depósitos de aguas pluviales, también llamados tanques de tormentas. Estas infraestructuras regulan las aguas de lluvia contra el exceso de agua recogida en las redes de saneamiento. Su función es laminar el caudal, regulándolo gracias a su volumen de retención, lo que favorece que el valor máximo del caudal de salida del depósito se reduzca respecto al caudal de entrada.
En concreto, en esos días el tanque de tormentas de la Alameda, en Sevilla, que tiene una capacidad de 11.000 m3 de agua (11 millones de litros), recogió un total de 10.000 m3 (lo equivalente a 4 piscinas olímpicas) registrando, según el día, entre 1.200m3 y 6.000 m3/día, que fueron evacuados a la red posteriormente para evitar afecciones.
Se da la circunstancia de que Sevilla es una ciudad con zonas históricamente inundables, especialmente sus barrios más bajos, con menor altura sobre el nivel del mar como la Alameda de Hércules. Por ello, el depósito de la Alameda está situado estratégicamente, para mitigar posibles inundaciones en la propia Alameda y en calles cercanas de esta zona del Casco Histórico. Como dato singular, comentar que esta infraestructura tiene la peculiaridad de que su vaso de retención fue el antiguo recinto de la estación de Metro, ejecutada en los años 70.
En la actualidad Emasesa explota, además, otros dos tanques de tormentas: los del Arenal, en Dos Hermanas, y Parque Centro, en Alcalá de Guadaíra.