A nadie se le escapa que uno de los ayuntamientos más conflictivos no solo de la provincia de Cádiz o Andalucía sino de España es Jerez, fruto de los desmanes en materia de personal del pasado y, también, del hecho de que ningún gobierno ha actuado con firmeza quizás porque hacerlo con la contundencia necesaria supondría un drama para muchas familias que, inexorablemente, irían al paro en una ciudad que apenas ofrece posibilidades de empleo. Pero de esta situación no tiene culpa el contribuyente y que es, en definitiva, quien paga y sostiene un modelo que a todas luces es deficitario por cuanto resulta muy caro para el servicio que presta; ante ello, la responsabilidad política está entre discernir qué pesa más, si la sostenibilidad municipal y el consenso sindical y político o la salvaguarda de los derechos del ciudadano de Jerez. Buscar el equilibrio entre ambas cosas sería lo más razonable, pero no siempre posible.
Tanto Izquierda Unida como Ganemos decidieron en su día arrebatar el gobierno al PP, que es quien había ganado las elecciones, apoyando la investidura de Mamen Sánchez (PSOE) pero quedándose en la oposición, sin entrar a gobernar. Siempre me pareció una actitud cobarde porque si apoyas un cambio político por la razón que sea y sumas una mayoría debes participar, no quedarte en la grada como de hecho hicieron. Distinto es apoyar una investidura sin gobernar sobre la fuerza que ha obtenido más votos porque, en este caso, se puede interpretar como respeto hacia el deseo del mayor porcentaje de electores, pero apoyar una investidura sobre una formación que no ha ganado para quedarse en la oposición es raro, feo. También lo hizo el PSOE en Cádiz poniendo a Kichi y lleva un año azotándole en el Pleno.
IU amenaza ahora con romper el acuerdo de investidura si el PSOE no municipaliza el servicio de ayuda a domicilio, en manos de una empresa privada como OHL y que ya ha anunciado su marcha porque cobra tarde y mal -la Junta aporta el ochenta por ciento, pero paga a seis meses -. La solución de IU es meter a todo este personal, casi 400 personas, dentro de la nómina municipal, como se hizo con Onda Jerez. Lo de siempre. Con Onda Jerez se llevan cometiendo errores históricos, uno detrás de otro y no hay otra solución final que su disolución, de hecho la televisión municipal apenas si retransmite ya nada porque sus costes de personal en la calle son altísimos en horas extras, no tiene publicidad porque el ayuntamiento no la puede facturar y solo resta que saque en concesión la gestión publicitaria a una empresa privada y eso es casi imposible que funcione y al personal lo irá recolocando dentro del engranaje municipal según necesidades hasta que un día, no lejano, deje de emitir. Con la ayuda a domicilio quieren algo similar sin tener en cuenta que el convenio nacional es de 39 horas a la semana y que en Jerez trabajan 35 y que difícilmente una empresa privada acepte eso, ni el riesgo que supondría un cambio, nada improbable por otro lado, en la Ley de Dependencia y ante ese hecho la asunción de otras 400 personas; es cierto que municipalizando este servicio el coste es menor por cuanto una empresa pública no paga IVA y, además, se restaría el margen comercial, si bien el ayuntamiento no tiene ninguna capacidad económica como para incrementar su nómina.
Pero IU en realidad lo que pretende es entrar en el gobierno, de hecho incluso habría ideado solicitar como área de competencia suya el Medio Rural y, de ahí, la gestión del Grupo de Desarrollo Rural (GDR), ahora que va a contar con cuantiosas subvenciones y de cuya presidencia, en manos de Carmen Collado, ha solicitado dimisión inmediata en rueda de prensa porque no está haciendo nada, aseguran, por el desarrollo rural de Jerez. Es decir, criticar la gestión en la idea de que su asamblea local apruebe la entrada en el gobierno, precisamente, en esa área para arreglar ellos las cosas.
El GDR campiña de Jerez es uno de los que mejor han funcionado siempre, antes con el PP y ahora con el PSOE, de hecho ha logrado calificación como grupo a diferencia de otros como, por ejemplo, el de Costa Noroeste, que para acceder a proyectos por su desastrosa gestión anterior necesita incluirse con el de Jerez y que, dicho sea de paso, podría haber reclamado para él la presidencia. Jerez ya perdió la presidencia del Consorcio de Aguas, ubicada en la calle ancha, y ahora hay algún movimiento para intentar que pierda también la del GDR, si bien sería como muy escandaloso que esto terminara sucediendo y más en un momento de reactivación económica tras años de parálisis.
En todo caso, lo que está sucediendo en al ayuntamiento estos días es fruto de estrategias, sobre todo la de IU por entrar en el gobierno reforzando así quizás la debilidad del liderazgo de Raúl Ruiz Berdejo, que no supo retener determinadas dimisiones en bloque tras la fusión con Podemos para las últimas elecciones y que utiliza la ayuda a domicilio y la mala gestión del GDR para propulsarse hacia dentro, incluso solicitando reuniones en el ámbito provincial para sellar este acuerdo. No quisieron hace algo más de un año por estrategia política y, visto lo visto y lo poco que sirve opositar, quieren ahora, pero los que entonces querían un acuerdo de gobierno más sólido hoy prefieren gobernar con seis concejales. Y como IU lo intuye, amenaza con una posible moción de censura. Sería gracioso verles ahora votar al PP y poner a Pelayo de alcaldesa o, si esta marcha a Madrid, al propio Saldaña, que se le nota como disfruta en un salón plenario y supo sacar de quicio a Paco Camas en el último pleno hasta que éste metió la pata con lo de Paco López en el Villamarta porque, dijo, se había ofrecido "a trabajar sin contrato para no perder más tiempo...". Ala, sin vaselina. De hecho el grupo socialista no sabía cómo callarle.
Las estrategias políticas son lícitas, de hecho cada cual tiene la suya, pienso mientras medito agitando un café en Albores, calle Consistorio. Sería de agradecer, no obstante, mayor sigilo, mejor construcción, otra altura al menos por elevar un nivel que a veces raya lo insufrible.