Los magistrados han mostrado su indignación después de que Berlusconi afirmase el pasado 27 de octubre, en un programa de televisión, que “la verdadera anomalía” en Italia eran los fiscales y jueces comunistas.
Berlusconi cargó sobre todo contra los jueces milaneses (norte de Italia), después de que un tribunal de esta ciudad confirmase la condena al abogado británico David Mills por haber falseado su testimonio en dos juicios para favorecer al mandatario italiano.
“Desde que entré en política y arrebaté el poder a los comunistas se han abierto contra mí 103 procesos”, denunció el primer ministro.
La junta milanesa de la ANM decidió ayer, tras una asamblea convocada para discutir sobre las últimas afirmaciones de Berlusconi, que pedirá al organismo central convocar dos días de movilizaciones.
“Estamos viviendo un momento muy difícil. En las últimas semanas hemos asistido a un nivel de agresión a los magistrados que no tiene precedentes”, afirmó el secretario de la ANM, Giuseppe Cascini.
Por su parte, el fiscal adjunto de Milán, Alfredo Robledo, respondió a las palabras de Berlusconi al afirmar que “si nuestras togas son rojas, lo son por la sangre derramada por los magistrados que han pagado con la vida la defensa de la legalidad”, y citó los asesinatos a manos de la mafia en 1992 de Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.
Sobre la condena a Mills, Gaetano Pecorella, diputado y uno de los abogados de Berlusconi, opinó este miércoles que se trataba de una “sentencia política”, en una entrevista publicada por el diario La Stampa.
Para el defensor del primer ministro italiano, “la justicia milanesa ha puesto en marcha un mecanismo diabólico (...). Ha conseguido condenar dos veces a Berlusconi sin que haya tenido la posibilidad de defenderse, participar o hacer valer sus testigos”.
Pecorella añadió además que los jueces milaneses “han gestionado este proceso como un mecanismo de condena política” contra Berlusconi.