Pongamos hoy notas a comportamientos y quehaceres políticos:
Sobresaliente a los dirigentes de todos los partidos que, con su trabajo e iniciativas desde la responsabilidad que ostentaran, han construido una mejor Andalucía en los 40 años de autonomía que acabamos de conmemorar. Con sus carencias, frustraciones y errores, estoy más convencido que nunca de que el Estado de las autonomías es una historia de éxito para nuestra comunidad frente al castigo y el olvido al que nos condenó el franquismo. Quiero personalizar mi reconocimiento en todos los presidentes de la Junta -Plácido Fernández Viagas, en la preautonomía; Rafael Escuredo, José Rodríguez de la Borbolla, Manuel Chaves, José Antonio Griñán, Susana Díaz y Juan Manuel Moreno- cuyas decisiones estoy seguro de que estuvieron apoyadas en el convencimiento y el deseo de contribuir al desarrollo y prosperidad de nuestra tierra.
Notable a los cambios en el acto institucional del Día de Andalucía que le dieron mayor dinamismo y emoción a una celebración siempre muy encorsetada. ¡Cuánto se agradece que el viceconsejero de la Presidencia de turno no suba a leer los méritos de los galardonados! Ganaríamos mucho más si en el futuro nos evitaran los presidentes glosar de nuevo la figura de los distinguidos.
Suspensos al consejero de Educación, Javier Imbroda, por definir como “huelga ideologizada” el paro convocado por toda la comunidad educativa este miércoles en contra del decreto de escolarización. También a la nueva delegada del Gobierno en Andalucía, Sandra García, quien derrapó -por decirlo suavemente- al lanzar un llamamiento a la calma tras el primero de los casos de coronavirus en Andalucía hablando de “peligro… moderado”. Y por afirmar que está “plenamente convencida” de que Andalucía recibirá 4.000 millones de euros de la nueva financiación autonómica. Declaraciones que no han sentado nada bien en el Ministerio de Hacienda que sostiene que esta posición de máximos que aprobó el Parlamento andaluz habrá que analizarla en el proceso de reforma del sistema.
Muy deficiente al diputado de Cs Enrique Moreno, quien ha quedado desacreditado como presidente de la Comisión de Investigación sobre las supuestas irregularidades de la Faffe. Las formas que ha mostrado en este cargo le incapacitaban para desempeñarlo e incluso diría que para representar al pueblo andaluz en el Parlamento, pero el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía le ha dado la puntilla al sentenciar que no hay ninguna norma que avale que un compareciente no pueda acogerse a su derecho a no declarar. Todavía rechinan en el Parlamento sus mandobles dialécticos violentando a ex presidentes y ex consejeros para que declararan a la fuerza. Repito lo que dije semanas atrás: Dale un carguito y conocerás a Enriquito. Pues quítenle el carguito, por favor, por el bien de los andaluces.
