Recuerdo un veterano dirigente socialista andaluz fustigándose cuando Josep Borrell ganó las primarias para ser candidato a la presidencia del Gobierno a Joaquín Almunia, entonces secretario general que acababa de sustituir a Felipe González en el histórico 34 Congreso federal del PSOE. Almunia fue elegido por una mesa camilla, a la vieja usanza, pero sucumbió frente a Borrell en las estrenadas primarias en las que la militancia dio un revolcón al aparato del Partido Socialista. “Menudo invento hemos creado”, se lamentaba ajeno a la corriente de ilusión que el proceso de democracia interna había despertado en un partido que estaba deprimido tras perder el Gobierno central en favor del PP.
De nada sirvió esa efervescencia orgánica porque una mal entendida bicefalia -que degeneró en la dimisión de Borrell- llevó al PSOE a cosechar sus peores resultados electorales frente a la mayoría absoluta que conquistó José María Aznar. Fue el ejemplo más evidente de que las primarias tienen la bondad de acabar con la cultura del dedazo, pero tienen el contrapunto de que pueden ser un catalizador para dividir aún más a los partidos.
Con el recuerdo de estos antecedentes y los que les siguieron, no estoy demonizando esta herramienta plausible de participación directa de la militancia, sino advirtiendo al PSOE andaluz de que los procesos venideros internos son tan importantes para elegir la mejor candidata o el mejor candidato, como para recuperar la ilusión no solo de la militancia sino del electorado progresista en el partido que otrora demostró ser la mejor maquinaria electoral del país.
En esa línea hay que enmarcar las declaraciones el pasado jueves en el programa Acento Andaluz de 7 Tv Andalucía del secretario general del siempre influyente PSOE jienense, Paco Reyes: “Es muy importante que no nos equivoquemos cuando elijamos quién es el referente electoral. Una persona que genere consenso y sea capaz de despertar ilusión y defienda Andalucía mediante un proyecto colectivo”. Y añadía: “La militancia tiene que ser consciente de que lo importante no es ganar las primarias, sino recuperar el Gobierno andaluz”.
En unos meses habrá primarias en el PSOE andaluz y alguien las ganará -Susana Díaz, la única que ha anunciado que se presentará, o quien le dispute el liderazgo-, pero está por ver que gane el PSOE en su conjunto y que sirva para afrontar con posibilidades de éxito la dificilísima tarea de recuperar la Junta de Andalucía. No serán alternativa si de este proceso los socialistas no salen más unidos, más cohesionados y más ilusionados.
