El tiempo en: Vejer
Martes 30/04/2024  

La sequía ?condena? la campaña de trigo y girasol

Asaja cuantifica pérdidas de 22 millones de euros en el cereal de invierno y muchos agricultores no recuperarán siquiera los costes de la siembra

Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai
  • -
d iego García lleva desde los 14 años trabajando en el campo, un mundo en el que “se pasa mucha fatiga” y tiene que remontarse a la sequía del año 81 para recordar lo más parecido a la que vive el sector este invierno. “No recuerdo una tan mala como esta”. El día ha amanecido nublado y este jerezano no pierde de vista ni un segundo a las nubes con la esperanza de poder salvar lo máximo posible de su cosecha de trigo de este año. “Aunque llueva, (como así ocurriría sólo 24 horas más tarde) el 80 por ciento ya está perdido, no tenemos expectativas de que vaya a caer agua rápida”, lamenta. Hay que tener en cuenta que a fecha de hoy sólo han caído 40 litros de agua en los tres últimos meses, frente a los 200 que marcan la “normalidad” en el año meteorológico. Como le ocurre al resto de agricultores de la zona, la ausencia de lluvia ha alterado más que nunca su rutina. “Estamos totalmente aburridos, venimos a lamentarnos entre nosotros y a dar una vuelta a las tierras, pero no tenemos faena”, señala Diego, que se ha visto obligado a dejar parado a los dos hombres que tenía trabajando a su cargo “porque ni siquiera hay trabajo para mí”.
Hasta el 2005 también tenía remolacha pero con los problemas surgidos con la OCM decidió dejar este cultivo y centrarse en la siembra de trigo y girasol en sus100 y 70 hectáreas, respectivamente, de su campo, en a carretera de El Calvario. El problema es que tras la devastadora experiencia que está teniendo como un cultivo de invierno como es el trigo, Diego no tiene claro si preparará las tierras para sembrar girasol, que también puede llevarse los daños colaterales de esta sequía pese a ser propio de la primavera ante la falta de garantías y las nuevas pérdidas económicas que tendría que soportar.
“El terreno para plantar girasol está totalmente seco, de aquí a abril tendrían que caer 150 litros de agua para que fuera bien y no tenemos muchas expectativas”, señala, sin despistarse ni un segundo de las nubes que lo acechan y que el viernes se materializaron en apenas 10 litros de agua. “Si llueve lo que tiene que llover lo celebraremos con un ajo, porque hace mucha falta”. Y es que a diferencia de lo que ocurría en los años 80, cuando también se produjo una sequía importante, los gastos de mantenimiento de sus explotaciones agrarias se han triplicado. “El litro de gasoil te cuesta un euro, luego están las semillas, el abono, el nitrato...si sigue sin llover es una ruina y sembrar es totalmente inviable”, lamenta Diego, observando las grietas que tienen sus tierras ante la falta de humedad.
El desembolso previo que tienen que soportar a la espera de que tengan una buena cosecha es casi inasumible haciendo cuentas. Como indica Diego, en su caso, sólo en semillas a razón de 100 euros por hectárea -tiene 70- supone un gasto de 7.000 euros a los que hay que sumar 120 euros más de los 300 kilos de abono, más la urea (nitrato) que habrá que echar también para que el trigo suba cuando llueva, a este importe habrá que sumar las labores que tengan que hacerse para labrar la tierra y prepararla y el gasto de gasoil. Echando la vista atrás, a este jerezano le resulta complicado ser optimista. “Creo que este año es el que más vamos a perder, todos los costos extras se han disparado de precio y sigue sin llover”.
Su amigo Gonzalo Gutiérrez no ve demasiado luz en este túnel. No recuerda la última vez que hizo levante y reconoce que mira de “reojo” al cielo en cada momento en busca de las nubes, al igual que en los portales de internet al menos dos veces al día. Tiene 250 hectáreas de trigo, 25 de girasol, 10 de algodón y 15 de viña y al igual que Diego, con quien hace un recorrido de sus tierras para supervisar cómo va todo, no ve la hora de que “el tiempo briegue”. Ha tenido que despedir a tres de sus seis trabajadores, y está preocupado porque no ve la hora en la que vuelvan a tener trabajo. Sus perspectivas para la viña son todavía peor. “Estoy pensando en arrancarla. En la cooperativa nos han pagado a 16 céntimos la uva con el IVA incluido y eso es de la cosecha de 2010”.

daños colaterales
En cualquier caso, resulta casi imposible que las explotaciones cerealistas reparen los daños. Así lo asegura el vicepresidente de Asaja-Cádiz y representante de esta organización a nivel nacional en Bruselas, Pedro Gallardo, que además avisa de otros inconvenientes añadidos que trae la falta de lluvia. “La falta de hierba y de pastos de esta campaña ha hecho que muchas ratas y conejos se coman el poco cereal que hay, con lo que todos son daños añadidos”, advierte. A ello hay que sumar las solicitudes de descaste para erradicar estos roedores y evitar estos daños realizadas hace dos meses a las administraciones y sobre las que siguen sin llegar las respuestas. Todo son vicisitudes para un sector que no levanta cabeza y que en medio y que en medio de una grave crisis se ha topado con la madre naturaleza.

“No podremos aguantar mucho tiempo más”
Todo el sector lo está pasando mal, pero las miradas se dirigen más que nunca a los ganaderos, que no dan abasto para alimentar a los animales. La sequía les está obligando a alimentar “a pulmón” a su ganado, es decir, con sus propios bolsillos, y saben que llegará un momento en el que no puedan aguantarlo. “Nadie quiere que sus animales se mueran pero es que hemos pasado de un extremo a otro, la hierba tampoco se estaba criando con las lluvias de los últimos años y ahora nos pasa justamente lo mismo por la ausencia de agua”, indica Paco Fernández, de Asaja. Llevan dos años sin levantar cabeza, y ya con esta campaña la situación se ha tornado “desesperante”, como reconoce. Aseguran que el precio de la alimentación suplementaria (pienso y paja) ante la falta de pastizal “sube por día” y si sigue sin llover son conscientes de que “no podremos aguantar” dado que ven “insostenible” seguir mucho tiempo más en estas condiciones. Viven en la incertidumbre, mirando al cielo y rezando para que la lluvia reaparezca. Una situación que las organizaciones ganaderas ya han trasladado a las administraciones, puesto que entienden que “han de echar una mano” y están al tanto perfectamente de la “situación real” por la que atraviesan. Necesitan actuaciones urgentes para salir adelante porque las perspectivas no se presentan nada halagüeñas.

Arriesgarse anticipando la siembra de girasol o apurar para ver si llueve

Como Diego y Gonzalo, son muchos los agricultores que no se atreven a sembrar girasol en seco. De hecho, este periódico ha podido constatar además que los proveedores habituales de este tipo de semillas no han vendido prácticamente nada a pesar de que lo habitual es que a estas alturas del año ya se hubiera comercializado el producto. El riesgo está ahí tanto si se opta por sembrar como si se apura, por lo que una vez más tendrán que jugársela. Por su experiencia en sus explotaciones, Pedro Gallardo, vicepresidente de Asaja Cádiz, habla de la posibilidad, como ya se hizo el año pasado, de hacer una siembra “anticipada” de girasol a mediados de marzo. Si llueve lo llevará ganado y si continúa sin caer agua “habrá que resembrar”. No obstante, no le extraña que en el sector cada vez sean más previsores debido al alto coste del girasol. “Estamos hablando de 150 euros por hectárea y es normal que quieran esperar pero igual si esperan mucho es muy tarde”, indica.
En cualquier caso, todo son contratiempos para un sector que no está para más disgustos. En esta línea, el secretario general de COAG-Cádiz, Miguel Pérez, valora el hecho de que al menos se hayan conseguido riegos de apoyo y confía en que la primavera contribuya a “salvar” un año que está resultando especialmente malo para los intereses del campo. De momento tras las lluvias del viernes, la previsiones para la próxima semana se presentan tranquilas.

El año meteorológico deja un desembolso de 98,5 millones de euros

Que en pleno mes de marzo el campo se encuentre “como a finales de agosto” es la mejor evidencia de la gravedad que atraviesa el sector ante la ausencia de las lluvias. El presidente de Asaja Cádiz, Manuel Vázquez, asegura que el invierno actual “es el más seco” que ha conocido. Una situación con la que se ha ido al traste un 20% de la superficie de cereales sembrada en la zona por la falta de lluvia. En consecuencia, las pérdidas son millonarias y Vázquez habla de 22 millones en los cereales de invierno entre parcelas perdidas y la previsible evolución del cultivo. Un balance que se duplica en el caso de los ganaderos, todavía más perjudicados y con daños más cuantiosos por los gastos en alimentación suplementaria que han tenido que desembolsar ante la falta de pastizal en el campo. “Normalmente la alimentación suplementaria se lleva a cabo si hay un otoño malo y no llueve pero en lo que va de año no hemos parado, teniendo en cuenta que la alimentación diaria es 1,35 euros al día y por cabeza de animal de vacuno, y en torno a 12 céntimos de euros por cabeza de cabra u oveja estamos hablando de 50 millones y todo ello en el supuesto de que venga una primavera normal”, añade. El sueño de los agricultores, es que caigan entre 200 o 300 litros tradicionales entre final de invierno y la primavera aunque ni así amortiguarían las pérdidas.
El “remate” de esta campaña han sido las “heladas históricas” que han afectado a los cítricos. Tres millones de euros de pérdidas en aguacate, 6,5 millones en las hortícolas de siembra temprana (patatas y tomate)...Desde Asaja estiman que el año meteorológico ha supuesto un desembolso de 98,5 millones, de los que ya están al tanto las administraciones públicas, a las que ya han pedido ayuda.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN