El alemán Nico Rosberg (Mercedes), que ya había vencido en Australia, aumentó su ventaja al frente del Mundial de Fórmula Uno al ganar en Baréin el segundo Gran Premio del año, que por prescripción médica no disputó el español Fernando Alonso (McLaren), accidentado en la apertura de Melbourne.
Rosberg, subcampeón del mundo los dos últimos años, logró su decimosexta victoria en F1, la quinta seguida -tras ganar las tres últimas carreras de 2015- al anotarse la primera de las tres carreras nocturnas de la temporada por delante del finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) y del inglés Lewis Hamilton, tercero en el circuito de Sakhir. Del que Nico salió más líder, sumando un tope posible de 50 puntos, 17 más que su compañero y rival inglés.
El Gran Premio comenzó muy mal para el alemán Sebastian Vettel (Ferrari), cuádruple campeón mundial con Red Bull entre 2010 y 2013, único que hizo frente a los dominantes Mercedes el año pasado y que salía tercero, por detrás de ellos, en la pista del desierto del archipiélago arábigo.
Pero a Vettel se le averió el motor de su Ferrari en la vuelta de formación y ni siquiera pudo tomar la salida. Que fue muy movida y accidentada. Rosberg, segundo en la calificación del sábado, superó en la arrancada a Hamilton, que firmó en Baréin su quincuagésima primera 'pole' en F1 y minimizó daños, al acabar tercero en carrera.
Con Vettel -tercero en Australia, por detrás de los dos Mercedes- fuera de combate, el finés Valtteri Bottas (Williams), que salía quinto, entró, tras rebasar a su compatriota Kimi -cuarto en parrilla- demasiado lanzado en la primera curva. En la que desplazó irregularmente a Hamilton, dañando el alerón delantero de su coche y lastrando la actuación del triple campeón mundial inglés.
El español Carlos Sainz (Toro Rosso), que salió undécimo y acabó retirándose, también empezó de la peor manera posible una jornada para el olvido, ya que tuvo que parar, pinchado, en el tercer giro, después de que le tocase el mexicano Sergio Pérez (Force India); motivo por el cuál el madrileño pasó del neumático superblando al medio y 'Checo' entró a garajes a cambiar el ala delantera dañada.
En el sexto giro, Rosberg lideraba y Hamilton -que había caído hasta el noveno- era quinto, detrás de los Williams del brasileño Felipe Massa y de Bottas; y de Kimi.
El incidente de la primera curva fue investigado y Bottas acabó sancionado con un 'drive through'.
Con la diferencia que en esos momentos existía, los Mercedes pararon por primera vez en la misma vuelta, la trece, a cambiar sus neumáticos superblados. Rosberg -que ganó una carrera a tres paradas- colocó blandos; y Hamilton, que optó por medios, ya era tercero cinco giros más adelante, detrás de Nico y de Kimi; y delante del australiano Daniel Ricciardo (Red Bull), que repitió en Sakhir el cuarto puesto de Australia y es tercero en el Mundial, con 24 puntos.
Superado el ecuador de la prueba -a 56 vueltas-, Rosberg lideraba delante de Kimi, Hamilton, Massa y Ricciardo, con Pérez duodécimo y Sainz decimoctavo, poco antes de retirarse. Justo después de las paradas del holandés Max Verstappen -compañero de Sainz-, sexto tras una buena actuación; y del francés Romain Grosjean, que volvió a sorprender con el nuevo Haas, al mejorar un puesto respecto a Melbourne y concluir quinto.
En la vuelta 29, Hamilton cambió a superblandos, al igual que hizo poco después Nico. Y, en su última parada, en la 40, cubriendo a Kimi, Nico pasó a blandos: al igual que hiciera Lewis en la 42.
De ahí a meta, el hijo del mítico Keke Rosberg -campeón del mundo en 1982- pilotó sin mayores problemas. Ganó con diez segundos sobre Kimi, de nuevo hierático en el podio, y con medio minuto respecto a Hamilton, al que 'chafó' una tercera victoria seguida en Baréin; y cuya serie de cinco triunfos ininterrumpidos igualó.
Sólo Vettel -que encadenó nueve victorias-, el italiano Alberto Ascari y el 'hombre récord' alemán Michael Schumacher -ambos con 7- lograron más triunfos seguidos en F1 que las dos 'flechas de plata', igualadas asimismo en esa lista histórica con el fallecido escocés Jim Clark, el inglés Nigel Mansell y el australiano Jack Brabham.
Alonso vio esta vez los toros desde la barrera, como él mismo indicó tras el Gran Premio. El doble campeón mundial asturiano sigue siendo, de momento, el único triple ganador en Sakhir, donde venció los años de sus dos títulos (2005 y 2006, con Renault) y en 2010, en su primera carrera con Ferrari.
Con una costilla rota, él mismo acató, no sin cierto resquemor, la indicación de los médicos de la FIA (Federación Internacional del Automóvil) de que esta vez era mejor no volar en el desierto.
Su compañero Jenson Button, que el viernes había festejado un tercer puesto en los libres, recordó fantasmas de un pasado nada lejano y se retiró en la vuelta 7, al romperse uno de los elementos del sistema de recuperación de energía de su unidad de potencia. Y su sustituto, Stoffel Vandoorne, brilló en la luz artificial de Sakhir: el belga, de 24 años, puntuó en su debut en Fórmula Uno, al acabar décimo y añadir la primera unidad del año al casillero de McLaren-Honda. Que necesita como agua de mayo buenos resultados, tras un 2015 de auténtica pesadilla.
Los hispanohablantes no tuvieron su día: al abandono de Sainz hay que añadir el del mexicano Esteban Gutiérrez (Haas), testigo directo del accidente de Alonso en Australia, en el que se vio involucrado y del que, por fortuna, también salió ileso. Su compatriota 'Checo' no pudo pasar del dieciséis en la segunda carrera de las 21 de un Mundial que se cerrará en noviembre en Abu Dabi y que se reanuda dentro de dos fines de semana en Shanghái, sede del Gran Premio de China.