Aunque el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, volverá a comprobar la dureza del discurso de su mayor adversario, Mariano Rajoy, en esta ocasión también es previsible un notable enfrentamiento dialéctico con el portavoz del PNV, Josu Erkoreka, tras el cambio político en el País Vasco.
Rajoy está convencido de que la situación económica es lo que más preocupa a los españoles y, por tanto, éste ha de ser el asunto sobre el que ha de girar su intervención, exponiendo la ineficacia que él y su partido ven en las medidas anticrisis del Gobierno y ofreciendo alternativas.
De ahí que las propuestas de resolución que planteará el grupo popular como consecuencia del debate y que se votarán el 19 de mayo supondrán “un programa completo” para hacer frente a la crisis, tal y como avanzó Soraya Sáenz de Santamaría.
Mariano Rajoy intentará contrarrestar la intención del Gobierno de aprovechar el debate para mejorar la imagen ante las inminentes elecciones europeas y acortar aún más la diferencia que, según la reciente encuesta del CIS, todavía separa a su partido de los socialistas.
Críticas también a la gestión del Ejecutivo se van a escuchar en boca del portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, quien está convencido de que el camino emprendido por Zapatero para hacer frente a la crisis no es la mejor opción y que el Gobierno está instalado en el conformismo y la improvisación.
No faltará algún reproche a la ausencia de un nuevo modelo de financiación autonómica, pero también aludirá al desarrollo del Estatut, al trasvase del Ródano a Cataluña –aunque un reciente informe encargado por el Ministerio lo desaconseje–, y a las infraestructuras –aunque el ministro de Fomento, José Blanco, haya desbloqueado algunas viejas reivindicaciones catalanas–.
Un duro discurso se espera del portavoz del PNV, Josu Erkoreka, que aprovechará para volver a criticar el acuerdo PSE-PP que ha permitido ser lehendakari a Patxi López y advertir a Zapatero de que su formación estará atenta para que los acuerdos que los Gobiernos central y vasco alcancen respeten el Estatuto de Gernika.
Ya ha anunciado Erkoreka que reprochará a Zapatero ser el único responsable de su aislamiento parlamentario y de aplicar la “geometría variable” al “picotear” unas veces en el “eje de izquierdas”, otras en el nacionalista y en ocasiones sumándose en las votaciones al PP.
Con una “gran desconfianza” acude ERC al debate y, aunque su intención no es hacer un frente contra el PSOE de la mano del PP, el portavoz de la formación catalana, Joan Ridao, no piensa otorgar ningún tipo de concesión a Zapatero.
Opina Ridao que el jefe del Ejecutivo sólo podrá sacar un único conejo de la chistera: la oferta de un gran pacto de Estado para las reformas estructurales del modelo económico. Si no lo hace así, Zapatero sólo podrá “intentar abrazarse a la oposición como un púgil al que le falta oxígeno para acabar el combate”.
Tampoco permitirán IU e ICV que Zapatero se limite a poner "paños calientes" a la crisis, pero sus representantes en el Congreso, Gaspar Llamazares y Joan Herrera, verían con buenos ojos que el presidente del Gobierno hiciera un llamamiento a las fuerzas políticas progresistas para alcanzar un acuerdo de "salida social" a la situación económica.
Serán los guiños de la izquierda, a los que se unirá Francisco Jorquera, del BNG, quien también expresará a Zapatero su disposición al diálogo, si bien hará hincapié en la necesidad de que el Gobierno dé prioridad a las políticas sociales para paliar los efectos de la crisis, sin olvidar asuntos específicamente gallegos, como el desarrollo naval y lácteo.
Guiños, sin embargo, a los que no se sumarán las representantes de Nafarroa Bai, Uxue Barkos, y de UPyD, Rosa Díez.
Otra formación, CC, aprovechará el debate para recordar a Zapatero algunas de sus reivindicaciones, como la revisión del Régimen Económico y Fiscal (REF) de Canarias o para exigirle medidas a corto plazo que permitan salvar la temporada turística.