Más de 6 millones de ruandeses están convocados hoy a un referéndum para votar la reforma de la Constitución que permitirá al presidente del país, Paul Kagame, en el poder desde 2003, presentarse a un tercer mandato y aspirar a dos nuevas elecciones.
Los colegios electorales abrieron a las 7:00 horas locales (5:00 GMT) y cerrarán a las 15:00 (13:00 GMT), según la Comisión Electoral Nacional (CEN).
Más de 600 observadores han sido desplegados para vigilar las votaciones, en las que miembros de la oposición y activistas alertan de que podrían no ser transparentes, como en anteriores procesos electorales bajo el mandato de Kagame. .
"Los resultados definitivos serán anunciados antes del lunes", aseguró el director del organismo electoral, Charles Munyaneza, en declaraciones recogidas hoy por medios locales.
Durante la jornada de ayer se celebraron votaciones en las 32 misiones diplomáticas del país africano en el extranjero, en las que estaban llamados a votar 40.000 ruandeses.
Las votaciones se celebraron en todas las embajadas excepto en Burundi, donde la escalada de violencia ha colocado al país vecino al borde de una guerra civil y la consulta fue cancelada por motivos de seguridad.
En el referéndum, el pueblo ruandés votará si aprueba o rechaza una modificación constitucional que permitirá a Kagame aspirar a la reelección en 2017, cuando termina su actual mandato.
Para que la reforma sea aprobada será necesario que el "sí" al cambio constitucional obtenga la mayoría absoluta, la mitad de los votos emitidos más uno.
A finales de octubre, el Parlamento de Ruanda aprobó por unanimidad los cambios en la Constitución que permitirán a Kagame presentarse a un tercer mandato y aspirar a dos nuevas reelecciones, con lo que podría terminar su presidencia en 2034.
El cambio de los polémicos artículos se produjo después de una petición popular firmada por más de 3 millones de personas para que Kagame pudiera mantenerse en el poder a pesar de las limitaciones impuestas en la Constitución.
El proceso de modificación de la Constitución ha estado marcado por la polémica, ya que tanto la oposición como la comunidad internacional se han mostrado contrarias a cualquier treta legal que permita la reelección de Kagame, que se da por segura en caso de presentarse.
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Samantha Power, invitó a Kagame a dejar su cargo en 2017 para dar ejemplo a otros mandatarios africanos que se ven tentados a perpetuarse en el poder.
El líder ruandés podría seguir así la estela de otros mandatarios que, en la misma región, han intentado modificar los textos constitucionales para continuar gobernando, a menudo con graves consecuencias para la estabilidad de sus países.
Esa fue la maniobra del expresidente de Burkina Faso Blaise Compaoré, quien finalmente fue derrocado a finales de 2014 por un histórico levantamiento popular tras casi tres décadas en el poder.
También hace unos meses, el presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, impulsó una reforma constitucional que le ha permitido ser reelegido el pasado mayo pese a contar con una gran oposición popular, desencadenando así un conflicto que avanza hacia el genocidio, según la ONU.
Kagame, de 57 años y considerado el padre de la nueva Ruanda que surgió tras el genocidio de 1994, ha sido criticado en repetidas ocasiones por la dureza con la que ha reprimido a críticos y disidentes.