Los ingresos mensuales del grupo islamista Estado Islámico (EI), que controla territorios en Siria e Irak, se han reducido casi un 30 % en el último año, en parte por un descenso de su producción de petróleo, dijo hoy la consultora estadounidense IHS.
En un comunicado emitido en Londres, esta empresa de análisis, cuya sección IHS Conflict Monitor hace un seguimiento en las redes sociales y otros soportes de las actividades del EI, asegura que el grupo ingresa ahora unos 56 millones de dólares al mes.
"A mediados de 2015, el Estado Islámico tenía unos ingresos mensuales medios de 80 millones de dólares", afirma el analista Ludovico Carlino, que señala que en marzo de este año habían bajado hasta esos 56 millones.
Según los datos de IHS, la producción de petróleo desde los yacimientos operados por el EI ha bajado a unos 21.000 barriles al día, comparado con unos 33.000 el pasado verano, lo que significa que los ingresos por esa fuente "han caído un 26 %", sostiene Carlino.
Este descenso de la producción podría ser consecuencias de los ataques de la coalición internacional, "y en menor medida, Rusia", contra estos yacimientos, apunta el analista.
Carlino observa no obstante que, a pesar de los frecuentes bombardeos que han destruido parte de su infraestructura, estos yacimientos siguen operando, lo que refleja la capacidad del EI "para reparar y continuar funcionando" con estructuras dañadas.
Además, algo significativo es que el declive de la producción no se ha traducido en un aumento de los precios del crudo que vende en los mercados negros de Siria e Irak.
"Opinamos que esto refleja el interés prioritario que tienen en vender rápido para generar dinero en efectivo", manifiesta el analista.
Según IHS, el 50 % de los ingresos de la organización extremista procederían de impuestos y confiscaciones, alrededor de un 43 % del petróleo y el resto del tráfico de drogas, venta de electricidad y donativos.
"El Estado Islámico es todavía una potencia en la región, pero esta caída de ingresos es significativa y le planteará un reto al grupo para gestionar su territorio a largo plazo", dijo Carlino.
La disminución de los ingresos se debe también a que hay menos habitantes en el territorio ocupado, lo que ha generado una caída del 23 % desde el verano de 2015 de la recaudación de impuestos y las confiscaciones de propiedades o negocios.
"El EI ha perdido en torno a un 22 % de su territorio en los últimos 15 meses", con lo que "su población ha pasado de nueve a seis millones", apunta otro analista de IHS, Columb Strack.
Los investigadores de la consultora han constatado que el grupo armado ha aumentado ciertos impuestos y ha introducido otros, como un tasa para salir de las ciudades o de instalación de antenas de satélite, lo que demostraría su necesidad de encontrar nuevas fuentes de ingresos.
Además, también están imponiendo multas, por ejemplo por conducir por el lado erróneo de la carretera o no responder bien a preguntas sobre el Corán, y han empezado a aceptar el pago de sanciones en sustitución del castigo corporal "hudud", incluido en la ley islámica.
IHS subraya que, dada la importancia que el EI le concedía a este castigo en su sistema de gobierno, esta última medida "es un fuerte indicador de las dificultades económicas que afronta el grupo".
Con todo, la consultora advierte de que, pese al aumento de los impuestos, "no hay indicaciones de momento de que se haya generado descontento entre la población residente en el califato del Estado Islámico".
Fundada en 1959, IHS, que cotiza en la Bolsa de Nueva York, emplea a 9.000 personas en 33 países, y dice contar entre sus abonados con empresas y gobiernos de 140 países.